Mentes Poderosas

La transformación de un libro a una película siempre ha traído discrepancias, entre los fans de la literatura, y los fans de la filmografía. Pero después están los fans más objetivos, que les parece tan bien, la peli como el libro. No entramos en disputas absurdas (que algunas no dejan de tener sus razones de peso), que no llevan a ninguna parte ni cambian la opinión de nadie. Leemos el libro. Vemos la película. Notamos sus diferencias. Lo dejamos estar. No mezclamos azúcar con sal.

Esta cinta en concreto, la colocaría en el género juvenil/preadolescente. Pelis como “Divergente” o “El corredor del laberinto”, pertenecen también a esta misma estantería, pero no se quedan estancadas ahí, y plantean una trama que siempre está en movimiento y se deja de tonterías sosainas de amores encontrados, amores rotos, y otros desperdicios que acaban aburriendo.

E de admitir, que me esperaba muchísimo más. Eso es culpa mía, y de mis prematuras expectativas. Se termina el film y tú te quedas con el rostro descolocado, pensando: ¿Toda la acción que hemos visto en el tráiler, es “toda” la acción que sale? Puede parecer que os estoy “Spoilenado”, pero solo exagero un poco. Muy poco. No te morirás por verla, pero tampoco saldrás con mal sabor de boca.

La directora Jennifer Yuh Nelson nos entrega una trama nada original, que combina amoríos adolescentes, con el clásico futuro incierto en donde el mundo es un caos por “X” motivos, y los únicos que pueden salvarnos son chicos con habilidades o poderes asombrosos. Una trama que no aburre, pero no sorprende. No agobia, pero no acelera. No es fantástica, pero no decepciona. No termina de cuajar, pero tampoco empalaga.