Resacon en la vegas

Hoy no me apetece Salir. Creo que me quedare en el sofá, tumbado con unas palomitas y mi perro a mi costado, viendo una película que hace dos años salió en el cine. Me están insistiendo para salir, pero es que el sofá ya ha cogido mi forma y me está abrazando con sus brazos incitándome al bostezo.

Que dolor de cabeza. La habitación da vueltas como si estuviera en un carrusel. El vómito me sube hasta la garganta si intento ponerme en pie. Iré gateando hasta el lavabo y ahí podre evacuar toda una noche de recuerdos nebulosos y flashbacks de escenas que rezo no haber visto ni participado en ellas. Pero... ¿Dónde estoy?

Resacas juveniles que perduran eternamente si tienes un amigo paparazzi que plasma en una foto algunas situación embarazosas que en ese ebrio momento parecían divertidas, pero cuando la lucidez y la cordura retornan a tu cabeza, te das cuenta del ridículo que has echo. Pero te da igual. Eres joven o tienes el alma joven, así que... ¡Qué demonios! Que le den a los demas, yo me lo e pasado genial, y eso es lo que cuenta. Claro está que el resultado final es un día entero desperdiciado, tumbado en la ducha con los calzoncillos por los tobillos y una babilla desparramadose por la comisura de mis labios, después de haber echado toda la locura y energía de garrafon, que me hizo volar, y estrellarme contra el suelo.

Una película de comedia bien ejecutada, y no ejecutada literalmente. La diferencia entre estas dos expresiones es que una es reciclada (y no por el bien del medio ambiente) y otra esta echa a imagen y semejanza (con toques renovados que dan en el clavo) de las pelis ochenteras, que se hacían exclusivamente para que la gente se riera en el cine, y no para rellenar la cartelera.

Bradley Cooper es una cara hermosa, que encaja con cualquier tipo de género cinematográfico que decidas que debe hacer, y se a ganado un fortuito lugar en Hollywood, gracias a su aspecto de hombre 10, su carisma para transformar un personaje mediocre, a un personaje con gran carisma y brillantez, aunque su papel sea de borracho maltratador, que trabaja para el tercer Reich. Zach Galifianakis hace de loco, maníaco, infantil y obsesivo/agresivo, y llegas a pensar que si está interpretando un papel o de verdad es así, porque su divertidisima interpretación, es una de las claves para que el film este continuamente en movimiento y en acción alocada. Ken Jeong es otro actor con el que no e podido evitar soltar una carcajada exagerada, con su forzado acento chino/estadounidense y una pluma que no ofende si esa no es su intención, y he tenido que evitar sonrojarme al ver que mi regocijo resonaba por las paredes del cine y hacia girarse al publico con cara sicopata y amenazante; de esas que sueltas cuando alguien se choca con tigo en la calle y no se digna ni a pedirte perdon.

Una trama de misterio, risas y despampanante agresiva conducta de estos chalados yankies, que nos muestran un film que te partirás de risa, seas un ogro amargado o un risa floja.

Entretenida, divertida y loca