Zootropolis
- alexzv955
- 7 abr 2016
- 4 Min. de lectura
No me suelo enamorar de las películas, ni aunque me fascinen hasta llegar al punto de comprarlas en DVD (si me refiero a Avatar) pero mi corazón hizo una excepción y conspiro un plan maquiavélico con Disney para que, clásica y típicamente: el 14 de febrero de 2016, en la fila 13, butaca 19, me esperara una sorpresa que me haría vibrar todos los vasos sanguíneos de mi cuerpo.

Al principio solo pensaba que era un cosquilleo infantil, por recordar aquellos tiempos en el que convivía con mi tartamudeo de niño nervioso y lloraba por la pérdida de Mufasa. Pero no. Cada minuto que pasaba de esta espectacular película, sentía un sentimiento diferente. Un ¿Encantamiento? Un encoñamineto? No, yo sabía que era, aunque llevara seca mucho tiempo esa obsesiva sensación. Era amor damas y caballeros; sutil, volátil e imparable amor.
Mientras salía del cine sin decir palabra con mis amigos, también más que satisfechos por la obra de arte que sus ojos habían tenido el privilegio de ver, yo me quedaba callado, analizando que había ocurrido dentro de esa oscura sala. No podía ser, no podía haberme enamorado de una película y mucho menos de un personaje de animación como una conejita; pero así fue. No pude evitarlo, ni contenerlo. Solo note el angustioso y adorable pinchazo en mi pectoral izquierdo, de una flecha parecida a una lanza que me atravesaba el torso, y me hacía replantearme (con nauseas en el estómago) que aquello había sido, sin lugar a dudas, un tiro al blanco, más que certero, y más que inapropiado.
Dejando de lado mis sentimientos sobre esta preciosa película (que está y estará batiendo records de taquilla durante muchas más semanas) Es una idea que jamás se había planteado de esta forma y había cuajado tan bien en las pantallas de los cines. Es una idea tan original, tan conmovedora y con tantas cosas de las que aprender, que le puedes sacar provecho con, por ejemplo: La valentía, el esfuerzo, la auto superación, el darte igual lo que piensen los demás de ti, el pasar de los adjetivos que la sociedad ha implantado en las pobres mentes de los sin mente, el coger al torero por la montera y demostrarle que no hace falta medir más de medio metro y tener una capacidad intelectual del 200%, para girarle la cara al mundo con una bofetada hábil y entusiasta.
Como las películas y los libros no llevan enseñando toda la vida, lo imposible solo es una palabra, inventada por los que se rindieron, y solo se cumple si creemos en ella.
El montaje antropomórfico que han creado estos chicos de Disney, es sublime, y hace que te sumerjas más en la trama principal, poniéndote en la piel de estos, adorables y cuquis personajes. La participación de Shakira en la banda sonara ha sido una apuesta ganadora, que cada vez que la oyes todos los capilares de tu cuerpo te se ponen de punta. Con pasión y una entonación admirable, esta cantante colombiana ha vuelto a llegarnos al corazón con una canción, positiva y llena de esfuerzo, que hace que respirar bajo el agua se vuelva posible para cualquiera. La recreación de una metrópolis gobernada por mamíferos con ropa, es magnífica, te hace estar más a gusto en estos parajes, que Disney ha tenido la brillante idea de separarlos por secciones, teniendo cada una de ellas el hábitat ideal para que cada animal de cada especie pueda vivir en paz. Que decir de la entrañable pareja de un zorro astuto llamado Nick Wilde y una inteligente y tozuda, pequeña (pero matona) agente de policía llamada Judy Hopps. Han logrado juntar a depredador y presa a la perfección, formando un equipo imparable y suspicaz, que darán caza al porqué de que los depredadores que eran sumisos y tranquilos, vuelven a sus raíces salvajes, poniendo en peligro esta prodigiosa ciudad. Una idea ingeniosa, que nos ara darnos cuenta de que la tapa de un libro solo es un cartón endeble, que encierra a cientos de papeles con alma pura y fuerte.
Sin duda, sin duda y sin dudarlo, una (por no pecar de pretencioso y decir la mejor) de las mejores películas de animación de Disney y de cualquier compañía cinematográfica, que el mundo ha tenido el honor de poder presenciar en la gran pantalla. Disney sigue teniendo en su poder la corona de mejor compañía de cine de animación, y esperamos que su reinado continué muchos y muchos y muchos más años.
Por ultimo comentar que se me sustrajo algo muy querido el día en el que acudí al cine, durante la proyección de esta película, y que no me percate de su desaparición hasta que ya fue demasiado tarde. Junte 2 y 2 y me salió 7 y pude deducir que podía haber sido una chica bajita, con más pelo que yo, con unas orejas largas y grandes que le hacen ser ¨cuqui¨, aunque por lo que pude ver no le gusta que le llamen así. Creo que su delito no fue intencionado, pero me robo el corazón con esos dos zafiros lilas que ni el mejor tasador podría ponerles precio. Solamente lo comentaba por si la llegarais a ver, para que le digáis que piensa hacer con él; ¿devorarlo, devolvérmelo o utilizarlo con buenos fines?
Larga vida a Disney y su grandioso cooperante: Pixar. Larga vida a Zootropolis e infinita vida a la encantadora agente: Judy Hopps.
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