Misión Imposible: Fallout

La gente ve a Tom Cruise y le viene a la mente la eterna saga de misiones imposibles que al final, se convierten en posibles. O ven a un cachas Jack Reacher, muy duro de matar. Yo no. Yo, un cinéfilo que ni siquiera podría considerarme “amateur” en la materia, y mira que he visualizado cientos de films de todos los géneros, cuando veo a Tomb Cruise, veo a Charlie Babbitt en “Rain Man”. Veo a Daniel Kaffee en “Algunos hombres buenos”. ¡Veo a Pete Mitchell en “Top Gun”! Por favor, veo a un Coronel Claus von Stauffenberg en “Valkiria”. Por eso mismo, no os pido respeto hacia un gran actor como lo es Cruise, ya que muchos no podéis evitarlo. Lo que os pido, es un poquito de cultura, antes de juzgar a una película, y a su actor, con una larguísima lista de papelazos en su carrera cinematográfica.

Como ya habréis visto, soy fan “fan” de Tomb Cruise, y mucho más de Ethan Hunt, uno de mis personajes favoritos. Todas la películas de Misión Imposible, tienen un algo, que me hacen sentir una cosa, que me sube lo otro por lo de allá, que no sé cómo describirlo. Y esta, me devuelve estos sentimientos. ¡Maldita sea si me los devuelve! ¡Me los estampa en la cara con una cinta de acción como tiene que ser!

Si buscas en el diccionario la definición de “acción”, te saldrá como definición, la saga de “Ethan Cruise”. Ya estábamos hartos una acción barata, absurda, predecible, reciclada, idiota y que solo complace a los que desean pensar poco, y mucho de golpes, tiros y explosiones.

¿Hasta dónde alargar una saga, para que no se vuelva repetitiva? Eso sí que es una misión imposible, excepto para el director Christopher McQuarrie, que ya nos lo demostró en “Nación Secreta”, y que ahora nos hace rugir como si fuera la primera vez que probamos este motor que nunca envejece. Nos parte por la mitad con un relámpago inteligente y a hostia limpia, pero con estilo. Nos revienta con una tensión cortante, tajante y espectacular, que te seca los ojos, te escarpia la piel, y te mete adrenalina de calidad, vía Cruise.

Tomb Cruise sigue dando caña en la gran pantalla, con furia, destreza y un tremendo ímpetu por hacer que nuestro corazón se colapse y nuestras uñas queden incrustadas en la palma de nuestras las manos.

Misión: Completamente completada.