Extinction

¿Pero que le ha dado a Netflix este año, con acabar con la humanidad? ¿Se han convertido en los nuevos profetas del siglo 21? ¿O solo es que les gusta explotar un género, lavándole la cara para que sea algo nuevo, pero clásico? Ósea, “reciclar”. Hasta cuando va a estar la gran “N” roja del streaming en la lista negra de los premios cinematográficos, si se estrenan bodrios incomestibles en la gran pantalla, que algunas veces te das cuenta, porque hay gente que prefiere gastarse el dinero en pedir deseos en una fuente, que ir al cine para ver algo hecho para decepcionar? Yo si tuviera que pedir un deseo, pediría más films como este.

Las preguntas siempre son las mismas: ¿Por qué nos atacan? ¿De dónde vienen? ¿Por qué no los vimos venir? Pero nos da igual que no se respondan, si nos siguen excitando y entregando cintas (digitales) como esta en concreto. 22 minutos exactos tarda en llegar la acción del miedo, del pavor, del sufrir y de la muerte. Lo hace siguiendo una trama predecible, que a los cinéfilos no nos provocara ningún estallido de asombro, hasta bien entrado el desenlace, pero que a los muggles les emocionara un buen rato.

No es otra estúpida película americana de extraterrestres, y os invito a visualizarla para demostraros que el director Ben Young, nos hará recordar aquella cinta de 2005, dirigida por el todopoderoso Steven Spielberg y protagonizada por el aún más todopoderoso Tom Cruise. Para nada se acerca a su grandeza, pero se os paseara por la cabeza.

Hay escenas en algunas películas, que quedan grabadas en la memoria del cine, y en la del espectador, por dar un vuelco drástico de 360º, a nuestro instinto y a nuestro presentimiento, haciendo que todo lo que hemos visto y hemos supuesto que veremos, desaparezca con brillantez y una sorpresa inesperada. Nunca me cansare de sentir esta emoción, ya que escasea en estos tiempos.

Michael Peña demuestra que sabe soportar el papel de protagonista sin terminar de conquistar nuestros corazones, pero encajando a la perfección, y sin decepcionar ni un solo segundo.

Dale el poder de amar a tu creación, y ya jamás podrás deshacerte de ella.