Ready Player One
- alexzv955
- 8 abr 2018
- 2 Min. de lectura
El buen director de cine no es aquel que saca cada año una decente película para complacer las exigencias de sus fans. El buen director es aquel, que aunque tarde 5 o 10 años en sacar una nueva peli, la exhibe con la cabeza bien alta, sabiendo que lo que nos va a entregar en bandeja de oro, no es nada más ni nada menos, que un film que recordáramos el resto de nuestras vidas, y que lo iremos pasando de generación en generación, para que todos puedan deleitarse en su poderío.

Eso es ser un buen director. Eso es Steven Spielberg, que aunque haya estrenado algún que otro film flojillo para lo que solemos estar acostumbrados, sabe a la perfección, como marcar con un hierro candente el corazón del espectador, y dejarlo ensimismado, mientras contempla una exhibición apoteósica e indescriptible, con los que sus sentidos se activan como alarmas, al estar en presencia, de algo fantástico y atractivo, del cual te es imposible sacar algo negativo.
¿Estáis preparados para embarcaros en un viaje hacia la nostalgia, de lo más apoteósico, flipante y emocionante? ¿Un viaje que os acelerara el corazón a mil por hora, mientras surcáis un universo lleno de emociones y experiencias extraordinarias, que de seguro no podréis olvidar en toda vuestra vida? Un viaje placentero, ocurrente y extraordinario, que os hará rememorar los momentos más emblemáticos de vuestra infancia, y así, dejar que los recuerdos más bonitos e inolvidables que estaban almacenados en vuestra memoria, estallen de alegría y regocijo, llevándose por delante, una realidad, un pasado, que desearías rememorar.
Hay dios mío la madre que parió a Steven Spielberg! Cuando este hombre quiere hacer algo grande y majestuoso, lo hace con pasión y la certeza de que ir al cine, a ver su película, se convierta en todo un espectáculo, del cual, gamers y cinéfilos se den la mano, para contemplar un festival de lo más alocado, divertido y virtual, del cual no querrás quitarte jamás las gafas. Por si no fuera poco, Spielberg nos estrega con marcha y buen gusto, una banda sonora que mientras tus pies danzan al son de los ochenta, tu mente intentara agarrase bien al asiento, para no salir disparada contra la pantalla.
Una trama desarrollada con inteligencia y maestría, que será la alfombra roja para dejar paso a unos efectos especiales que dejaran de ser efectos, para convertirse en toda una realidad, la cual nos empapara con escenas trepidantes y asombrosas, otras más descabelladas, fabulosas e indescriptibles, y otras que te harán quedarte boquiabierto, mientras la sorpresa y la felicidad se van dejando ver, como dos pavos reales, que desplieguen sus encantos, para demostrar el don que poseen, y como lo pueden utilizar para asombrarnos.
Mágica, grandiosa, sublime, magnifica, impresionante y una vivencia tan escandalosamente perfecta, que dejara de ser increíble, para ser creíble.
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