Winchester: La casa que Construyeron los Espíritus
- alexzv955
- 11 mar 2018
- 2 Min. de lectura
En estos estúpidos y magníficos tiempos que corren por las salas de los cines de todo el mundo, hay una cosa, que cualquier cinéfilo que sepa apreciar el buen cine (y los secundarios causantes de que una película sorprenda al público), saben a la perfección: No es nada fácil asustar o sorprender a nadie. Puede que si puedas hacer que una persona que no ha pisado el cine en meses, se vuelva loca mirando films que para ti, son como ver salir el sol por la mañana, cuando madrugas o vuelves de fiesta: Algo natural y sin ningún ápice de sorpresa.

En absoluto he ido a ver esta película, por la filmografía de los hermanos Spierig, ya que tiene en su estantería, bodrios tan aburridos, ofensivos, y aterradoramente insulsos e insultantes para este gran género, que nadie sería capaz de sacarles nada bueno a las porquerías cinematográficas que han aportado al cine. Pero como dice un antiguo dicho: “Si te tropiezas con una piedra, te levantas, si te vuelves a tropezar, te levantas, si a la tercera también vuelves a caer, quédate tumbado en el suelo, ya que ese es tu sitio.
Menos mal que los directores Peter Spierig y Michael Spierig han vuelto a internarlo con un género muy difícil de conquistar, ya que incluso los espectadores más amateurs en el cine, se han vuelto inmunes a espectros, sustos y apariciones repentinas que te ponen la carne en alerta, aunque sea por unos breves instantes. Han creado un ambiente tenso y fantasmagórico, utilizando siempre a la oscuridad y el silencio punzante como aliados, para entregarnos una trama clásica sobrenatural, que para nada te deja insatisfecho.
No te deja insatisfecho, no por las interpretaciones, aunque Helen Mirren y Jason Clarke, hayan hecho el trabajo que se esperaba de cada uno, dando lo mejor de sí. Tampoco ha sido por los espíritus errantes que deambulan por esta escalofriante mansión, ya que sus manifestaciones han sido cortas y fugaces, y a la vez tétricas y diabólicas.
El hecho de que este film, haya cumplido su objetivo como peli de terror, es por no haber abusado coléricamente del temor, y le ha dado más importancia, al misterio y al suspense que envuelve cada escena, dejando que la imaginación del espectador, sea la que se vaya comiendo la cabeza, y se pierda en este caserón de poca, lleno de susurros, muerte, dolor, y clásicos y fructíferos intentos, de darnos algún que otro susto bien encajado.
Siniestra, palpitante, y una de esas películas, que te recomiendo que vayas a verla al cine, para sentir ese espacio claustrofóbico, que rodea a todos los films de este género.
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