Lady Bird
- alexzv955
- 28 feb 2018
- 2 Min. de lectura
El cine es indescriptible, y eso lo hemos podido ver en muchísimas ocasiones, con pelis absurdas y desquiciantes, bellas y majestuosas, dolorosas y sangrientas o risueñas y alegres, que de por sí, te esperas encontraste, lo que sus palabras indican. Pero, tal y como he dicho, el cine es un mundo, en donde todo lo que imaginas y lo que no, puede suceder, y aquí, un claro ejemplo, de lo que acabo de relatar.

Lady Bird es una preciosa historia de amor y tragedia, tan creíble e inolvidable, como la vida misma. No es una película para los deseos de ver como una trama fluye por una montaña rusa de subidas y bajadas. Es un film, creado exclusivamente, para aquellas personas que, adoran lo malo y lo bueno del mundo, sin purpurina ni edulcorantes, para poder verlo como un bello y resplandeciente campo de amapolas, por el cual poder brincar alegremente, mientras zarandeas una cestita de mimbre, que contiene todo lo necesario para una tarde de picnic en un soleado domingo.
Lady Bird es misteriosa y extraña, en el más sentido de la palabra “inquietante”. Lo que nos ofrece no es nada original para los que frecuentamos el cine o incluso para los que simplemente, nos gustan las trágicas comedias adolescentes. Pero incluso así, no puedes impedir enamórate de ella y de lo que la rodea, por un desconocido hecho, que te hace apasionarte y atraerte, en una trama nada lineal, sin objetivo alguno, pero totalmente interesante y cautivadora.
El mejor film sin duda alguna (según mi opinión) de la directora Greta Gerwig. ¿Por qué es el mejor film? Porque logra sacara lo mejor y lo peor de vivir una vida simple sin tener una gran aventura en la selva negra en busca de un diamante rojo purpura, o presenciar trepidantes escenas de acción todopoderosas que te hacen saltar por los aires.
Describe a la perfección, sin engaños ni melosas estrategias para un final feliz, lo que es ser alguien normal y corriente, al que le suceden cosas buenas y cosas que no lo son tanto, en un mundo imperfecto, con una vida imperfecta, llena de dolor, amor y pequeños y fugaces atisbos de horrible cordura.
Para mí, y supongo que no solo será para mí, lo mejor de este film, no es ni su fantástico guion, ni la impecable dirección. No, lo que hace que este film, sobrevuele sobre las cabezas de las demás pelis que hay en cartelera, dejándolas atrás con poderío, fuerza, realismo, y unos arrebatadores ojos llenos de cielos de esperanza y bondad, es la increíble y sensacional actuación de la joven y angelical Saoirse Ronan, que no la había visto actuar tan bien, desde que me hizo llorar a borbotones hace 9 años, con “The Lovely Bones”.
Maravillosa, sublime, y una de esas películas que te puedo asegurar, que cuando vayas a verla al cine, la vida se volverá de un color más vivo y sorprendente.
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