El corredor del laberinto: La cura mortal
- alexzv955
- 4 feb 2018
- 3 Min. de lectura
Hay libros basados en películas, que no valen ni un chusco de pan duro, ¿porque? Porque esa historia, se creó para ser contada a través del cine, a través de las imágenes, y a través de la gran pantalla, no para ser leída. Y lo mismo pasa viceversa: Una cosa creada para ser leída, no podrá superar a algo hecho para visualizarse, por el simple hecho, de que jamás fue concebido para eso. Y aquí mi breve aclaración. ¿Dudas? ¿No? Pues sigamos pues.

Alargar sagas no es cosa fácil y no está recomendado para todas las películas, ya que algunas, con una sola, ya es suficiente. Si intentas hacer más pelis de una historia, repitiendo el mismo objetivo o innovando un poquitín con lo que se vio en la primera, es como estirar una goma de pollo: al final se romperá, y te hará pupita. Pero he decidir, que en ningún momento, cuando estaba visualizando el tráiler, se me paso por la cabeza, que esta nueva entrega, de este universo nada original (ya que lo hemos visto en suficientes ocasiones para conocernos todos sus truquillos), me iba a sorprender, agradar y fascinar, hasta el punto de hacer que mi débil y tenaz corazoncito, se arrodillara a sus pies, dejando escapar, un par de lagrimitas de tristeza y añoranza.
¿Es mejor que la primera? Muchos diréis que sí, otros que no, y otros que puede que la empate. Pero yo tengo una respuesta imparcial y objetiva que ahora mismo os explicare y que no a todos (por supuesto) os gustara. Es mejor que la primera y que la segunda. Es mejor, porque no es lo que te esperas de una tercera entrega. Es mejor, porque expulsa a los chascarrillos y las bromas inofensivas pero innecesarias e inútiles, para dar paso a una narrativa que no se anda con tonterías adolescentes.
Es mejor, porque te impregna con una trama de acción pura y dura sin edulcorar, que empieza en lo más alto, va allanando el terreno durante unos exquisitos y fugaces minutos, para después subirte a lo más alto de la más alta torre de fuerza y perseverancia, y que tomes el suficiente aire, y te prepares para disfrutar de unas explosivas y magnificas y sobresalientes escenas de adrenalina sin frenos, pero que no se pasan de la raya, para que así la puedan disfrutar los más jóvenes de edad.
El director Wes Ball ha sabido como encaminar una saga que podría haberse hundido en las profundidades del fracaso y el olvido, si no hubiera seguido los pasos de sagas como “Los juegos del hambre”, que lo que hacen es dejar de lado lo futurista y la tecnología ultramoderna que a todos ya no nos viene de nueva, y adentrarse en las entrañas más salvajes, brutales y realistas del ser humano, entregándonos un film que roza el excelente con la yema de los dedos. Wes Ball ha creado un guion potente y entretenido, por no abusar de la tranquilidad, en donde nuestros personajes se ponen a charlar del pasado, del presente y del futuro, y olvidan lo que los espectadores han venido a ver: Explosiones, disparos y secuencias que cortan el aliento.
Por supuesto, todo esto no hubiera funcionado del todo, si no hubiéramos visto una interpretación bastante decente de nuestro joven lobato Dylan O'Brien, que ha dejado atrás esos añorados tiempos de lozanía, y se puesto las pilas y un par de musculitos que nunca vienen mal, si lo que pretendes es salvar a la raza humana, otra vez. Y no voy a menospreciar la creíble y soberbia actuación de Thomas Brodie-Sangster, porque también ha sido una de las sorpresas más agradables que me he llevado. Impecable.
Asombrosa, imparable, y una de esas películas que se hacen exclusivamente para disfrutar en una sala de cine, y dejar que tu alma luchadora y adicta a la acción sin tregua, campe a sus anchas por tu organismo.
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