Thor: Ragnarok
- alexzv955
- 12 nov 2017
- 5 Min. de lectura
Todos y cada uno de los que están leyendo esta crítica, e incluso si no la estáis leyendo, sabéis, seáis unos fanáticos de los comics de Marvel, o simplemente, del gran e infinito universo de los súper héroes, que la editorial de comics y productora cinematográfica, Marvel, es la mayor empresa, ahora mismo, de personajes ficticios con súper poderes. Ya, ya sé que pertenece a la majestuosa y todo poderosa Disney, pero, ¿Qué no pertenece a Dinsey? Puede que seas más de DC, y es un hecho que comprendería absolutamente, ya que DC y Marvel, aunque estén destinados, más o menos, a conseguir el mismo fin, Marvel es más Familiar (todos los públicos) y DC, (hecho que me gusta muchísimo) más para los espectadores más “veteranos” (no están hechas para niños); esa es mi opinión porque eso es lo que he visto. Pero, ¿puede la gran empresa de Marvel, hacer que todas sus películas sean excelentes? No, porque una cosa es que pertenezca a Dinsey, y otra muy distinta es que consiga esa chispa de poder y triunfo, que podemos presenciar en todos los films de esta empresa de cine, líder en el mundo entero. Si, también esta Universal Pictures, pero… ¿en serio vamos a comparar la grandeza de una con la otra? No creo que haya debate alguno.

En 2011, llego a nuestras pantallas la película “Thor”, que nos dejaba ver el “nuevo”, personaje que Marvel nos depositaba con todo su cariño, y he decir, que no estuvo nada mal. Dos años después, apareció la segunda entrega, llamada “Thor: el mundo oscuro”, pero que no convenció, ni gusto, ni triunfo tanto como su antecesora. Sufrió el llamado “Síndrome de las segundas partes”, que aunque parezca que me lo acabo de inventar (hecho que no voy a desmentir), es tan real y tan certero, como una bala que atraviesa el torso del valiente soldado. Al cabo de 3 años, justitos para saca una tercera parte, pero necesarios para explicar la historia que continuaba después de los acontecimientos sucedidos en “Los vengadores: La era de Ultron”, estamos ante “El dilema de las terceras partes”. Si, también me lo he inventado, pero queda bien, ¿no? Las terceras entregas están para mejorar a las segundas, reparando los errores que le hicieron fracasar, o que no la hicieron empatar al menos por unos números, a la primera de todas. ¿Qué ha pasado entonces? Seguir leyendo y lo descubriréis.
Si estáis cansados de que todas las catástrofes y todos los villanos, y todas las guerras, terminen haciéndose en nuestro hermoso y desprovisto de seguridad, planeta tierra, Marvel Studios ha decidido centrar la acción a millones de años luz de nuestro hogar, he intentar continuar la increíble historia del dios del trueno, con una tercera parte, que os extrañara, al descubrir, que Thor, aún tiene mucha más caña que desatar, dejando a tras a sus dos últimas apariciones en solitario. ¿Cómo? ¿Qué acabo de decir? ¿Qué cómo me atrevo a insinuar, que una despechada tercera entrega, puede superar a la magistral, original y primera película de este Vengador? Pues me atrevo a decirlo sin pelos en la lengua y sin ningún temor a que me apaleen por la calle, fans cabreados y enmascarados con caretas de Thor con el pelo largo, porque, señoras y señores, los milagros en el cine cada día que pasa, se hacen más reales y más frecuentes, y eso es gracias, a los buenos guionistas, que se exprime los sesos al máximo, hasta sacar una verdadera historia de acción para toda la familia, que no dañe la reputación de esta estupenda saga.
¿Habéis visto Guardianes de la Galaxia? ¿Las dos pelis? Si no las habéis visto, incluso mejor, porque así toda esta mezcla coctelera de explosiones, muertes, batallas y chascarrillos continuos que en ningún momento destrozan la escena ni la hacen aburrida, os pillaran por sorpresa, y vuestras emociones y adrenalinas saldrán a flote como un barco que lleva sumergido demasiado tiempo, y busca un poco de diversión estelar, acción interplanetaria, y movidas de las buenas, de esas, que te hacen tener un cacao mental en la cabeza, que te distorsiona la vista, pero aun así, te sigues riendo, poniéndote serio, y sin duda alguna, disfrutando de esta velada de lo más chocante y entretenida.
El director neozelandés Taika Waititi, jamás, en toda su trayectoria cinematográfica, se había puesto con ambas manos bien apretadas, al volante de un coche, del que a medida que avanzaba, su camina se torcía, y él lo hacía con el, pero que con este nuevo y fulminante film, logra encauzar la carretera, saltarse los baches con maestría y soberbia, y llevarse por delante a cualquiera que se interpusiera en su destino, que es el de triunfar por todo lo alto en la taquilla mundial, internacional, y, como no, hacerse un gran hueco, en la estaría de: “Las pelis de Marvel que perduraran para toda la eternidad”. Pedazo de peliculón ha debido de hacer para pertenecer a la clase alta de esta imaginaria estantería que se me acaba de ocurrir, ¿verdad?
Pues sí, es un peliculón, pero, no es de 10. Ni para mí, ni para el cine, ni para los críticos cinéfilos de este gran arte. ¿Por qué? Es muy difícil de explicar, más que nada, porque no se puede escribir la definición de película de “10”, solo se puede presenciar. Avatar, es de 10, porque hace que tus emociones luchen entre sí, creando el caos en tu corazón. Saw, es de 10, porque descoloca al espectador, y lo sitúa en una posición a la que debe enfrentarse a sus miedos más horribles. Forrest Gump, es de 10, porque alimenta a tu tristeza y a tu esperanza, en una combinación de lo más hermosa y majestuosa. Y muchísimas más películas que me podría tirar el día aquí relatando una a una, pero no lo voy a hacer, al igual que lo que no voy a hacer, es decir que “Thor: Ragnarok”, no va a ser una de las películas del año, y de tus favoritas.
Chris Hemsworth vuelve a ponerse el traje del señor del trueno, y vuelve a provocar en escena esa maravillosa y contundente, y aplastante y atractiva sensación de masculinidad, que a muchos les hace caer la baba de “empanamiento”, y a otros provocarnos una seguridad y una estabilidad, que solo Iron Man, podía darnos.
La actriz Jaimie Alexander se pasa de la televisión al cine, y del cine a la televisión, con estupendas e increíbles interpretaciones, que dejan una huella de sofisticación en todos los personajes que encarna. Esta vez procura hacer de malvada y despiadada, hermana de Maléfica, con un estilo propio, que mientras te pone la carne de gallina, también te pone…en el sitio idóneo, para que tú también perezcas en su intento de destrucción.
Fantástica, explosiva, y una de esas películas que agradeces haber ido a ver al cine, por ver con tus propios ojos, que terceras partes, pueden pasar de ser el número tres, a ser el número uno.
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