Geostorm
- alexzv955
- 22 oct 2017
- 6 Min. de lectura
Muchas y demasiadas han sido las veces, que hemos visto a nuestro precioso planeta, estar a un paso de la destrucción total, de la desaparición de la raza humana, de su inexistencia para el resto del universo. Algunas han sido por el clásico ataque extraterrestre, que no se sabe cómo, vienen a nuestro mundo con tecnología súper avanzada, pero, no pueden contra el ímpetu terrícola, y acaban perdiendo una batalla, que si de primeras lo que querías era hacer explotar el planeta, lanzas un súper cohete de cualquier piedra mágica y galáctica, y se acabó la tontería. Pero entonces, no habría película. Otras han sido por virus infecciosos y contagiosos, que se propagan por el aire, la sangre, o el mínimo roce con la persona que haya estado en contacto con él.

A veces ha sido un descuido torpe en un laboratorio con una cepa experimental contra alguna enfermedad mortal, y otras, simplemente, llega el día en el que uno se muere, y se convierte en zombi. Y otras muchas, que la verdad, son mis preferidas, al no poder hacer nada contra ellas, más allá de correr, esconderse, e incluso con eso a veces no es la solución definitiva: Las catástrofes naturales. Que de naturales no tienen nada, porque cuando ves una ola del tamaño del Empire State, o rocas volcánicas que podrían ser perfectamente una luna, lo primero que piensas no es: Que bonita es la naturaleza, nos quiere matar a todos, pero sigue siendo preciosa.
Y, como no, el plato fuerte de la casa. Un plato que siempre participa en desayuno, comida, cena y tentempié nocturno. Un acontecimiento, que participa en todas las posibilidades que tiene el mundo para ser destruido en mil pedacitos de roca candente: Los estados unidos de América. Son nuestros valientes salvadores, que siempre nos rescatan y solucionan problemas impensables contra seres de otro mundo o contra una plaga de monstruos asesinos que fueron objeto de un experimento fallido. Siempre lo solucionan todo, y siempre son nuestros salvadores, nuestros héroes, nuestros líderes ante cualquier problema global, los que aman más la patria y en mundo en el que viven, pero después son los primeros, en las películas hollywoodienses, en no tener miramientos, para destruir ciudades enteras, y que se pierdan las vidas que se pierdan y cueste el dinero que cueste volver a reconstruirlas, si con eso pueden gastarse un buen pastón en efectos especiales, y hacer una superproducción apoteósica y catastrófica.
Pero esta vez, no cambia mucho la cosa, sigue habiendo la misma ambientación que en casi todas las pelis con este tipo de trama, y bien se puede ver en el guion, y en la música marchosa e imprecisa que le han puesto al tráiler promocional, para saber perfectamente, lo que nos vamos a encontrar desde un principio. No todas las pelis, en las que el presidente de EE.UU, ya sea del color o del género que sea (que esa es una de la buenas cosas que tiene el cine, poner a quien le salga de los cataplines en la presidencia) siempre tiene la solución, para acabar con esta masacre, aunque este lejísimos de encontrar la respuesta correcta, y de intentar hallar también una buena disculpa, para dedicársela a todas las familias de las víctimas (si es que quedan) por ser ahora ellos y el, los causantes de este apocalipsis “sobrenatural”.
Empezando por lo bueno, yeso no significa que vaya a acabar con lo malo, voy a decir que es un film, que está al nivel de “2012”, "El dia de mañana", o incluso de “Independece day”, y eso es proclamar, que ha sido una película, de las mejores que se han estrenado este año, y mira que este año, dejando de lado los “bodrios” que se esperan que sean “bodrios”, es decir mucho muchísimo. Puede que lo único negativo que haya encontrado, haya sido, algo, que no es del todo del bando negativo, porque son algunas cosillas, que dependiendo de tus opinión y tus gustos cinematográficos, puede que te gusten, o puede que te desagraden, sean una experiencia, que tiene sus “bachitos”, pero sigue siendo bueno.
Continuando con lo supuestamente “malo”, quiero empezar diciendo, que una de las cosas que no me han convencido y podrían haberse sustituido, por otras más decentes y convincentes, es el puesto que le han dado, al actor Andy García, como presidente de los estados unidos. No, no es porque tenga un aire latino, es porque su estampa seductora y provocadora, le hace inadecuado para un puesto como el de la presidencia, de una gran nación como es EE.UU. Otro de los elementos a debatir, podría ser una de las mejores ideas de la película, y es, la gran aparición de catástrofes naturales, que asolan países enteros, solo, para el disfrute de los espectadores más maliciosos y deseosos de ver como el poderío del ser humano, se ve eclipsado, por la majestuosidad y fuerza de la naturaleza, aunque esté controlada por el mismo ser que la creo. Podría continuar diciendo que es bastante, premonitoria en muchos aspectos, pero eso ya sería pasarme de la raya, y buscarle tres pies a un gato, con cuatro patas bien forjadas y contundentes.
El director Dean Devlin ha hecho un estupendo y apoteósico trabajo, tanto produciendo como dirigiendo este espectacular film apocalíptico, que si no es de 10, es porque, que yo conozca, ninguna peli de acción, en donde los yankees son los villanos, los héroes y los actores secundarios, y ellos mismos lo proclaman por todo lo alto, no puede ser de 10; el egocentrismo y la disparatada diversión mezclada con chistes malos (de muy vez en cuando) y una pequeña dosis de incongruentes escenas, no se lo permiten. Hay, perdón, es verdad, que estaba contando lo bueno. Pido disculpas y continúo. Dean Devlin nos demuestra que las películas en donde el mundo está en peligro (de nuevo) por culpa de que el hombre ha querido jugar a ser dios (de nuevo) nunca pueden dejar de estar de moda, si consiguen llegar a tocar, el corazón de las personas, con escenas que te congelan la sangre, te hacen crear un escalofrío de lo más aterrador, que te sube por la columna vertebral, haciendo que tus músculos queden agarrotados y tus pupilas centradas en la masacre que están presenciando, y darle un calambre a tus fosas nasales, indicándole a tus ojos, que ya es hora, de soltar un par de lagrimitas, no muy exageradas, para indicar, que ya han llegado, a la zona en donde guardas las emociones.
Si lo que quieres es ver una muy buena película, que haga aflorara ese miedo irracional y de lo más comprensible, que millones de humanos, sentimos al pensar, que al planeta tierra le quedan los días contados, esta es tu película. Si lo que quieres es ver a una panda de inadaptados extrovertidos, salvando la tierra, entre bromas absurdas que solo hacen que desperdigar la tensión y el temor que se podría crear en este tipo de obras, esta no es tu película. Si lo que quieres es disfrutar, mientras los pelos se te ponen como escarpias, la boca y los ojos se te secan, y debes darte cuenta de que tus pulsaciones van tan rápidas como los rayos que caen del cielo, mientras que tus respiraciones están contenidas y bloqueadas por tu curiosidad morbosa y atrayente, esta, en definitiva, es tu película.
Los actores Ed Harris y Abbie Cornish, son dos grandes intérpretes, uno mejor que otro, no diré cual, que hacen su papel a la perfección, pero sin ser los papeles de sus vidas. Ósea, que los veras más de secundarios que participan en momentos importantes, pero que se quedan en el banquillo cuando la acción está en auge. Jim Sturgess no es un actor de acción como su coprotagonista Gerard Butler, que, como siempre, ha estado magistral, sin marcar pecho y romper la pantalla de un puñetazo, pero eso no significa, que no valga para este tipo de género, ya que lo que yo he visto, ha sido un actuación lacrimógena, realista y contundente, que te satisface y hace que la sala del cine, desaparezca y que solo veas, lo que tienes en frente.
Potente, monstruosa, y una de esas películas que agradeces haber ido a ver al cine, por dejarte disfrutar y ver, desde la tranquilidad de la ficción, como seria, si el mundo se fuera a la miércoles.
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