La seducción

Ella aparece sin darte cuenta. Te rodea con una suave y encantadora brisa, que llena tus pulmones de una felicidad tan extrema que crees que van a reventar, como dos globos de agua, estampados contra una estéril pared. Tus ojos no pueden retener sus continuos movimientos, que te embelesan y te enamoran a cada paso que dan los suyos. Crees controlar tus emociones. Crees controlar tus acciones. Crees que eres merecedor de tal belleza descomunal y majestuosa. Crees mal. Desde el día que la conociste, no has sido el dueño de nada de lo que has hecho. Si no que, era ella, con sus tiernos y deseosos labios, la que te proclamaba como un perrito faldero, que le abrazaras, y jamás le soltaras. Era un poder aún más grande que cualquier planeta desconocido por el hombre, y más temible y mortal, que cualquier enfermedad, que por nuestro cuerpo navega, sembrando el caos y la desdicha, por donde su mortuoria mano pasa.

El amor se ha apoderado de ti. Al principio no lo sabias, creías que solo era una atracción lógica y primitiva, que tus hormonas conjunto a tus gustos, decidieron decidir por ti, y elegirte ese hermoso ángel de cabellos dorados y ojos cristalinos, para que fuera la madre de tus hijos. Pero no. Por desgracia, has caído en la trampa, como un pobre conejo que salta encima de una cuerda atada a un árbol, y espera a que sus captores, le desaten, y le despellejan la piel. De allí ya no saldrás. De aquí ya no puede salir nadie, sin dejarse un trozo de amargura y pena, que perdurara hasta el último suspiro que de tu seca boca, salga silenciosamente hacia el cielo azul.

Es uno, de los muchos tráilers que he visto pasar en lo que llevamos de año, que al principio estaba a punto de cerrarlo, por creer que se trataba de un drama meloso y “romantikon”, pero que al cabo de un minuto y medio de estar visionándolo. Cuando estaba a punto de matarlo, aparece algo, que llama toda mi atención. Le da un vuelco a mis sentimientos, y a mis intereses por los géneros en concreto, y me atrae de una sádica y enfermiza manera, que no podía evitar, sentirme desestabilizado, mientras que una erótica y sensual danza, se convertía en un nuevo “Misery”, pero de época, y más atrayente. ¿Cómo perderme tal festival de emociones? Y aparte de lo que la trama nos muestra de que va a ir, pedazo de reparto que se han puesto todos de acuerdo, para realizar una preciosa y misteriosa película, en la que cada uno, desempeña un papel, que jamás se superan los unos a los otros, en actuación, argumento o sentimiento.

Si el título de esta excitante película no fuera “La seducción”, otro nombre que le vendría que ni pintado, será “La tentación”. La tentación que se te presenta con hermosura y dulzura, adentrándose en lo más hondo y lo más oscuro de tus pensamientos, que jamás habían mirado a alguien, con una mirada tan llena de deseo y lujuria. La tentación que te corroe el cuerpo y te va acariciando suavemente, con indirectas muy provocativas y demasiado sensuales, para poder malinterpretarlas. La única razón por la que te encuentras allí metido, rodeado de tantos deseos carnales, es la de querer poseeré un cuerpo. Un fuerte y atractivo y penetrante cuerpo. Con el que abrazar durante toda una eterna noche, y mitigar esa soledad, que estaba acabando con tu cordura. Tu corazón quería emociones. Tu corazón quiere que te agarres bien al asiento, y contemples cada cálido minuto, que va despertando en ti, algo que yacía dormido hace mucho. Algo que puede que jamás despertó. Algo que te dejaba ver su cara más amable y bondadosa, para después, con dientes de marfil, con un blanco tan brillante que ciega, clavarte su estaca, en tu tierno y delicado cuello.

¿Me esperaba más de lo que se me ha otorgado, en estas tensas y atentas casi dos horas? Pues sí, mira lo que te digo. Sí que me esperaba más. Pero es un “si”, sin querer decir nada negativo o sacar algo de desagrado, de esta excelente película, que me ha seducido, hasta límites insospechados. Este “si”, no quiere decir que no haya disfrutado, o que al yo creer, que me iba a encontrar algo más de maldad, o algo más de “chicha”, haya salido decepcionado, al encontrarme, con una preciosa y sensible historia de amores encontrados. Amores desperdigados. Amores indirectos. Amores envidiosos. Amores rotos, destrozados y amputados.

Es un film, que no está hecho para gente impaciente. Y sobre todo, para gente que espera encontrase un festival erótico y decadente, que empañe sus ojos con un vapor de lo más inapropiado. A mí me hubiera gustado ver más “carne”. Y eso es algo extraño, porque yo soy de esos, que prefieren desechar una escena sexual, en una película de terror (en este único genero) por creer, que solo hacen que desconectar al espectador, del miedo que se le esta ofreciendo. Pero en esta ocasión, mi deseo carnal, no ha sido complacido como a uno le gustaría. Y no estoy pidiendo escenas sexuales, sino escenas que enseñen “mas”, que provoquen tanto a los personajes como a los espectadores, que están ahí, mirando atentamente, si lo que se supone que debe pasar, va a pasar.

Estoy seguro, que esta película, solo podría haberse llevado a cabo, por una mujer. Y dejémonos de tonterías y estupideces sexistas. Ahora estoy hablando de biología, de ciencia, de lo que estamos hechos, por dentro y por fuera. Una película, en la que reinan en pantalla, más doncellas, que caballeros. Una película, en la que se habla del deseo que un grupo de mujercitas de distinta edad, sienten al ver, por primera vez en años, a un hombre, guapo, atractivo y complaciente, solo puede explicarlo, quien ha vivido esa experiencia, o quien puede imaginarse que le pasarían a sus hormonas, si se encontrar en una situación como esta. Por eso mismo, la directora Sofia Coppola, ha hecho un trabajo digno, de su gran y poderoso apellido.

Sofia Coppola nos enseña que si se puede hacer buenas remasterizaciones de films clásicos, y nos deleita con un festival de atracciones y devociones, con el que presenciar en primera fila, el arte de la seducción. El arte de la atracción. El arte que nuestros sentimientos y nuestras emociones, se juntan en una química tan explosiva e imparable, que, podemos controlar esos impulsos que se apoderan de nuestro ser y de nuestra palabras, pero tarde o temprano, toda esa tentación, que se va acumulando en nuestro corazón, deberá salir a flote, y desperdigarse con pasión y sensualidad, dando paso al acto de amor, que da un giro a nuestra cuotidiana personalidad, y nos pone frente a nuestro más primitivo y salvaje yo.

Todas, incluso las más jóvenes actrices que aquí se presentan con elegancia y disciplina. Todas, son merecedoras de mil aplausos, que estén llenos de agradecimiento y una actuación tan real, que en muchas ocasiones, sentirás el impulso de levantarte, respirar, y aplaudir hasta que te sangren las manos. Pero la estrella principal de este drama romántico y embaucador, es sin duda alguna, la impresionante e increíble Nicole Kidman, que su impresionante e increíble actuación, solo es la mitad de impresiónate e increíble, por culpa de la tremenda e insuperable interpretación de Colin Farrell. Juntos, hacen explotar la escena, y seducirte con una agradable y temperamental actuación de cien. Pero bueno, no olvidemos a la firme y esencial Kirsten Dunst, ya que sin ella y su intervención en la trama, nuestros presentimientos se verían volcados y sorprendidos. Y como dejar de lado a la angelical y coqueta Elle Fanning, que desde bien jovencita, esta teniendo una filmografía, que de seguro, le va a dar su merecido premio.

Tentadora, engatusadora, y una de esas películas, que agradeces haber ido a ver al cine, por dejar que tus deseos más oscuros y carnales, se dejen ver, gracias a una atractiva y atrayente trama.