Logan

Ya no siento nada, ni por nadie, ni por nada. ¿E tenido yo la culpa de todas las cosas malas que me han pasado? ¿O puedo gritarle al cielo, maldiciendo cada día malo que me ha entregado, sin yo sentirme culpable? Es difícil no sentirse culpable, cuando miras a tú alrededor, y ves cómo has acabado. Piensas, que podrías haber hecho más, podrías haber puesto más de tu parte, podrías haber luchado por los que amabas. Miras a tú alrededor, y solo ves una espesa nube de equivocaciones, que se te clavan en los ojos, y te atraviesan el torso, con la misma horrorosa intención, con la que aparecieron en tu vida. ¡Pero ellas no estarían aquí si tú hubieras hecho algo! Algo más que auto compadecerte en la soledad y en el olvido, mientras veías como la vida pasaba ante tus ojos, y te ignoraba, porque creía que ya no pertenecías a este mundo. No merezco más de lo que tengo. No merezco nada más de lo que puedo tener. Pero en cambio, tras toda esta depresión y tristeza que amenaza con mi existencia, ella sigue ahí, ¿Por qué sigue ahí? Ya le dije que no la necesitaba, que ya no era necesaria, que ya no podía hacer nada más para salvarme; yo mismo me había crucificado, con mis propios clavos y mi propia corona de espino.

Nadie me dijo que tomara estas decisiones, pero las tenía que tomar. Nadie me dijo que iba a ser fácil el camino, pero lo tenía que cruzar. Nadie me dijo que ayudar al mundo una y otra vez, acabaría matándome a mí, pero el mundo me necesitaba. El mundo se cansó de mí, me olvido, me arrastro a las profundidades de este pozo negro y oscuro, en el que me encuentro, rodeado de todo lo que me merezco. Y aun así, después de todo el horror que he pasado, de tantas vidas que he quitado, y tantas otras que he dado, tu sigues ahí, pasmada, inmóvil, esperando, por alguna razón que desconozco, a que te coja de la mano, y pueda sentir otro sentimiento que no se el sufrimiento. Esperanza, te voy a dar otra oportunidad, te voy a dar el único trozo de mi corazón que aún me queda sin corromper. No vuelvas a perderlo.

¿Sabéis esa sensación, cuando veis un tráiler, y sin saber porque, os gusta tanto, que cuando llegáis a casa, tenéis que verlo otra vez, para volver a experimentar, esa explosiva sensación, que agranda tu corazón y abre todos los poros de tu piel? Esa sensación, que sin saber porque, tu cuerpo se vuelve adicto a esa película, aun no habiéndola visto, ella sabe que necesitas verla, y tú sabes que es cierto, y no lo niegas, ni luchas contra ello, solo te dejas llevar, por una danza penetrante de imágenes que perturban tu ser, y solo te dejan una alternativa: Verla o verla. Hacia tiempo que no la sentía tan fuerte en mi corazón, tanto, como para llegar a ver el tráiler 5 veces. Pero es que, este tráiler, tenía algo, tenía algo que destacaba sobre los demás, algo, que lo hacía brillar e impulsarse sobre el espectador, para decirle a todos: Esto, no es una película de superhéroes, esto es una película, que explica sin pelos en la lengua, porque elegir serlo, y porque afrontar la verdad, en vez de vivir resignado. Esto es una película, que gustara tanto a los fans de Marvel, que a los fans de la acción empedernida, que desean fervientemente, convertir al espectador, en otro pasajero más, de su trepidante viaje, lleno de sangre, disparos, y la cruda realidad.

Logan, es la mejor, en absoluto, de las tres en las que nuestro lobo solitario, se hace con el papel de protagonista. Y es que sin duda alguna, nadie, absolutamente nadie, le puede quitar tal honor, de desbancar a sus 2 ultimas antecesoras, creando un film, de los que de verdad de arrebatan una lagrima, al ver como es la dura realidad, de un ser sin futuro. Cundo termina la película, y aparecen la larga sucesión de créditos, en la que nadie se fija nunca, tú te quedas inmóvil, mirando la gran pantalla, pero no estas mirando los créditos finales, no, tu no estas mirando a ningún lado. Tu cerebro y tu corazón, están tenido una dura batalla interna, para intentar comprender, y que les expliques, como es posible, que les hayan dado tanto, y que ahora, en el mejor momento, en la cumbre del Olimpo, se lo arrebates de pronto, sin tener la mínima oportunidad, de cansarse, y volver a aquella oscura sala, que solo te sirve de anfitriona, para entregarte en bandeja de oro, films de los de verdad, films como estos, que te hacen sentir más humano que nunca, incluso bajo tanta ira, injusticia e incomprensión. Porque el mundo, la vida, trata de eso, pero también trata de mucho mas, y esta película, que tantas sensaciones de rabia, adrenalina y tristeza nos ha dado, nos lo explica, nos lo relata, con un talento tan asombroso, que no es que te engañe, o te embelese, o te embruje con sus increíbles imágenes, sino que tú mismo, te dejas conducir, a un universo, inmortal.

Por favor, dejar de leer esto, levantaros, y aunque sea uno, dárselo. Darle un gran aplauso al director James Mangold, que por fin, es el único que se ha dado cuenta, que lo que el espectador fan de Marvel, fan de DC o fan de la ciencia-ficción, no solo quería ver a su superhéroe favorito en acción, sino que también quería verle sufrir, quería verle como es en realidad, quería ver como se enfrenta a sus miedos, como se enfrenta al pasado y al futuro, y como lucha contra los males, fuera de la utilización de sus súper poderes. Este es el Logan que queríamos ver todos. El Logan, que sufre, que teme, que llora, que se rompe, que puede morir, y gracias a James Mangold, lo vamos a poder disfrutar con tal escandaloso potencial, que jamás en tu vida, hayas visto ni leído, en un comic de “La patrulla X”. Sabrás que este gran hombre, es tu ídolo, pero no por sus buenas acciones, ni por su corazón, ni por su alma torturada, sino porque es real. Es el primer superhéroe, que sale de la pantalla, se sienta a tu lado, y no se cree mejor que tú, por haber nacido diferente o haber alcanzado un poder inimaginable. Él es humano, al igual que tú, y solo utiliza su maldición, para sobrevivir a un mundo, en donde no es bienvenido.

Tiene algo. Esta película tiene algo que las demás no tienen. Podría ser su explosiva demostración de rabia humana, pero eso solo es otra guinda a la que estamos acostumbrados los cinéfilos veteranos. Aunque es una guinda que algunos adoramos, y no menospreciamos. Podría ser la aparición de Lobezno, o un anciano y desfallecido Charles Xavier, pero eso solo sería una más que agradable demostración de actuación, por parte de estos grande ases del mundo del cine. Podrían ser muchas cosas que agrandan el poder que transmite esta película, pero lo que de verdad te hace sentir bien, te hace sentir a gusto, te hace palpitar el corazón a mil por hora, te hace quedarte boquiabierto durante demasiado tiempo para que la boca se te seque, te hace inflamar las pupilas y le dice a tu mano que te tape la boca, para que no deje escapar un grito ahogado de tensión, es el alma que trasmite la historia, es la bella esencia que se convierte en una trama inigualable, que te hace disfrutar como nunca antes lo habías podido hacer. Lo único malo, la única pega de esta grandiosa película, es su maquiavélica forma de jugar con nosotros, al darnos todo lo que deseamos, y luego arrebatárnoslo, como si no quisiéramos seguir gozando, de su inverosímil estampa.

Al actor Hugh Jackman se le conoce por interpretar el papel de Lobezno, un mutante de los “X-men”, una patrulla de más mutantes, con súper poderes, que luchan contra las injusticias del mundo. Pero es que, señoras, señores, nunca en lo que llevo viéndole haciendo de Lobezno, lo había podido presencia, en su más alto nivel supremacía. Es el dueño y señor de la pantalla, y no por su buen trato con la gente o el mundo en sí, sino porque, torturado y amargado por una vida llena de desgracia y muerte, el sigue ahí, el sigue luchando y luchando y luchando, hasta que no le queden más fuerzas para seguir haciéndolo, pero habrá muerto como un verdadero héroe. Puede que sea la última aparición de Hugh Jackman como Lobezno, y espero equivocarme, pero que se sepa, y que quede bien claro, que al pobre desgraciado que le toque encarnar a este personaje, le espera la desgracia y el desagrado por parte de los fans, que jamás olvidaremos quien es el verdadero Lobezno; solo hay uno, y nunca, nunca, nunca, habrá otro igual.

La jovencísima actriz Dafne Keen, tiene algo en la mirada, que te congela y te arrebata todo lo que en tu corazón habita, pero no te lo arranca con malicia, sino con una dulzura miedosa, que te encanta y enamora. Su aparición e interpretación en la película, es completamente excelente y salvaje, y es por eso, que la hace imprescindible para este largometraje, ya que sin ella, solo se trataría de otra aventura en solitario de Lobezno. Ella, y diría que su potente oscura mirada, te lo dicen todo, sin pronunciar palabra, y en más de la mitad de la película así es.

Poderosa, Indescriptible, y una de esas películas, que agradeces haber ido al cine, por impresionar a tu corazón, y volver satisfacer a tu consciencia.