top of page

Múltiple

  • alexzv955
  • 29 ene 2017
  • 6 Min. de lectura

Lo siento por dentro. Corre por mi sangre. Palpita mi corazón, estremeciendo mi carne, y moldeando mi aspecto. Me dicen que hacer, que decir y a donde ir. Una cara desconocida me observa con maldad desde el otro lado del espejo. ¿Debería saber quién es? ¿Debería saber cuáles son sus intenciones? ¿Por qué está ahí, mirándome fijamente a los ojos sin parpadear? Pues claro que lo debería saber, es la incertidumbre de no saber quién soy y a quien estoy mirando cada mañana en el espejo, la que me mata, la que me arranca la cordura. Ese rostro de ahí, es el mío, me pertenece, es carne de mi carne, ¿pero quién es el que lo posee? Ya no sé quién soy. Ya no se quien soy. Ya no se quien soy. Ya no se quien se supone que debo ser, o porque debo ser otra persona que no sea yo mismo. Aparecen a placer, para controlar mis actos y desbaratar mi vida. Pero la pregunta que siempre aparece ante mí, es la misma: ¿Soy yo el verdadero poseedor de este cuerpo, o solo soy una pieza más, que completa este desenmarañado puzle, al que le hemos arrebatado el libre albedrío?


Algunas veces tengo ganas de gritar, ganas de coger por el cuello a esa asquerosa persona, y apretarle tanto, que sus ojos salgan disparados de sus orbitas. Pero no lo hago, eso no está bien. Pero al cabo de un rato de estar tranquilo, vuelve a aparecer otra odiosa persona, y vuelvo a tener las mis irremediables ganas de matar. Pero aunque ellos me digan de hacerlo, no lo hago, porque sé que eso no está bien. Por suerte, hay algunos que lo que quieren es que ame a todo el mundo, ya que el mundo es bello y divertido. Otras, hago dibujos de ardillas que corren por el césped con una bellota en la boca, hasta llegar a un árbol, y comérsela; me salen muy bien las ardillas y las bellotas. Pero nunca dejo de tener miedo de mí. De ellos. Me quedo mirando el espejo, y pienso si alguna vez mi cabeza, estara tan llena de locura, que ya no pueda abarcar más, y que esa locura, acabe conmigo, para no hacer daño a nadie más. Me gusta el color verde, porque los arboles también me salen muy bien.


Es una delicia para mis oídos, escuchar o ver en internet la frase: “Una nueva película del director de El sexto sentido y Señales". Es una delicia y una gran noticia para los que (como yo) no quedamos nada satisfechos con su anterior largometraje. Es una agradable sensación de cosquilleos en el estómago, porque solo el, solo este extraordinario director de cine, ha sabido plantear a la raza humana, preguntas, que se suponían que ya hacía tiempo que estaban resueltas. Solo él puede y podrá fascinarnos con tensión, misterio y terror, con tanta clase y maestría, que o se nace con este don, o no se puede crear tales clásicos del cine. Cuando oigo, veo y siento su nuevo tráiler, de su nueva espectacular y terrorífica película: las manos me sudan, mis pupilas se engrandecen, la boca se me hace agua, y mi corazón no puede seguirle el ritmo, a las emociones que me inundan cuando lo estoy contemplando. Y después, cuando los síntomas de la euforia se han (más o menos) disipado, me pregunto si es la misma sensación, que sienten los drogadictos, al inyectarse en las venas, ese infame y ruin elixir, que tanto les da, y a la vez tanto les quita. Y descubro que yo también sufro una adicción, igual de fuerte y severa, y que espero que se mantenga en mi corazón, durante todo lo que me queda de vida; soy “cineadicto”, y Shyamalan, es uno de mis “camellos” favoritos.


Después del amargo sabor de boca, y un cumulo de sensaciones de decepción y tristeza, a las que el fantástico y errante M. Night Shyamalan, nos dejó con el demasiado “tranquilo” film “La visita”, deseaba que volviera a meternos en su ritmo normal de estresantes y estremecedoras películas, de esas, que te desencajan la mandíbula del cráneo, al no saber expresar con palabras, la asombrosa actuación cinematográfica, que acaba de acontecer ante tus ojos. Sabia que debíamos perdonarte, ya que tus intenciones con tu anterior film, no eran malas al fin y al cabo, solo querías mostrarnos algo nuevo y renovado, y te topaste con nuestras condenadas y conservadoras mentes, que te pedían a gritos, que las volvieras a descoloca con escenas de infarto, de esas, en las que la propia tensión, te hace enrojecer los ojos, y derramar una sola lagrima, cuando la cuerda este destensada, y no te rebane la cabeza al oír lo mal que lo está pasando. Y gracias a la clemencia del publico mas paciente, el que perdona tus errores, porque te los mereces, y sabemos que la oportunidad que te brindamos, no caerá en saco roto, nos entregas con potencia y demencia, una tremenda y perturbadora película, en donde no podremos escapar, de caer en un pozo oscuro y sin fondo, lleno de traumas, lleno de perversidad, lleno de puñales al rojo vivo, que te atraviesan el torso sin clemencia ni miramientos, para dejarte clavado en la pared, y que sigas disfrutando de tal festival de monstruosidades y crueldad.


La verdad, es que no he podido remediar esas ganas y esas traicioneras expectativas, que me inundan el corazón, y me hacen dirigirme sin pensármelo dos veces, a ver una película que contiene un impresiónate tráiler, y que después, su contenido no estaba hecho todo de oro, sino que era la plata, lo que brillaba y llamaba mi atención. Pero, gracias al cielo y a la madre que pario a Shyamalan, mi corazoncito sigue intacto (todo lo intacto que puede estar), y mis maquiavélicas expectativas, han disfrutado a lo grande, con una belleza perturbadora y hostil, que te hace encogerte en el asiento en posición fetal, pero sin dejar de mirar la sucesión de escalofriantes y trastornadas imágenes, que te hipnotizan la mirada, y juegan con tus emociones, como una adorable niñita, que te mira con ojos de cordero degollado, y después te abre el estómago en canal, para entretenerse con tus tripas, y tu vista borrosa.


Esta turbia y alterada película, te enseña a apreciar tu juicio, y porque es tan importante, no perder la cabeza. ¿Pero es que acaso podemos controlar eso? El cerebro tiene muchos mecanismos de defensa, y uno de ellos, es encerrar los traumas en un almacén sombrío y desprovisto de puertas o ventanas, para que tú, puedes seguir igual de cuerdo que siempre. Pero lo que el cerebro no sabe, es que ese almacén, con el tiempo, empieza a tener gritas, y por esas grietas van supurando todos los complejos y emociones negativas, que tanto tiempo han estado encerradas. Las empiezas a saborear en la boca, con un gusto a hierro quemado. Las empiezas a ver en los ojos de la gente, y en como miran los tuyos. Lo empiezas a notar en tu pobre corazón, que comienza a marchitase día tras día, hasta que el negro purulento, se convierte en su color predominante, y ya es demasiado tarde para que salgas indemne de esto. Lo que también podemos aprender de ella, es otra herramienta que tiene el cerebro, escondida bajo la maga, para casos extremos de emergencia, en donde la soledad nos inunda el alma, y el miedo empieza a esparcirse por nuestro cuerpo: crear otras personalidades, con las que jamás volverás a sentir miedo, ni estar solo. No he visto algo tan enloquecedor, desde "Identity" o "Calle Cloverfield 10".


Es la mejor, de las mejores películas que el actor James McAvoy, a ha hecho en toda su vida. Y creo que esto lo puedo decir sin exagerar ni un ápice, ya que el mismo, sabe, que lo que ha hecho en pantalla, lo que ha hecho sentir al aterrorizado espectador, solo puede ser visto, en una persona, que nazca con el verdadero don de la actuación. Es un papel muy difícil al que se enfrentado. Y más que hacer solo un papel, yo diría que se ha enfrentado a seis papeles intachables e impresionantes, que cada uno, con su distinta forma de ser, nos despojaban de cualquier intento que tuviese nuestra cabeza, de intentar explicar con lógica, lo que estaba ocurriendo en escena.


La jovencísima y bellísima actriz Anya Taylor-Joy, nos vuelve a sorprender en los cines, con otra gran película, en la que sus arrebatadores ojos, que transmiten miedo, terror, y una real sensación de realidad, logran convencer a nuestro cerebro, que lo que está viendo, no es una película, sino que esta ocurriendo de verdad, y tú eres el invitando estrella, que lo contempla todo en primera persona, y el que sufre las consecuencias que sus personajes toman.


Indescriptible, enloquecedora, y una de esas películas, que logran arrancarte de cuajo la poca cordura que anida en ti.


 
 
 

Commenti


Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic

Suscríbete a la newsletter

No te pierdas ninguna actualización

¡SÍGUEME! 

  • Facebook Classic
  • Google+ Social Icon
  • c-youtube

© 2016 por LexLecter.

bottom of page