Belleza oculta
- alexzv955
- 5 ene 2017
- 3 Min. de lectura
El amor, la muerte y el tiempo. Esos son los componentes que hacen a esta vida tan especial, tan aterradora y tan valiosa. Parecen diferentes entre sí, ¿Verdad? Pues son síntomas de una enfermedad que tiene cura, pero que se lleva siempre algo contigo. Son las experiencias, que arraigan en tu piel, dejándote cicatrices imborrables, para que siempre las tengas presente. Son deliciosas y amargas maldiciones, que la vida, en su intento de hacernos más sabios y más fuertes, nos ofrece, o mejor dicho, nos lanza como una piedra que nos estalla en la nuca, haciendo que nos desplomemos en el frio suelo, y contemplemos el charco de lágrimas rojas, que va dejando nuestra inútil y pasajera existencia. La vida no nos deja opciones a elegir, nos da algo con furia y determinación, y no nos deja desear que se marche esa angustiosa y punzante sensación de dolor, o poder retener esa divertida y alegre armonía y mar de ideas, que hacían desaparecer todo problema que nos podía afligir.

¿Por qué? ¿Por qué, porque? Los humanos tendemos hacernos preguntas. Es lógico que es más fácil plantearse una pregunta que buscar por nosotros mismo la respuesta. Pero hay preguntas más complicadas de descifrar, y otras las tenemos tan cerca de la cara, que si caminamos en la dirección correcta, nos la zampamos con un apetecible golpe de satisfacción. ¿Pero alguna vez os habéis preguntado porque respiráis? ¿Porque coméis? ¿Porque nos besamos? ¿Porque lloramos? ¿Porque matamos? ¿Porque gritamos? ¿Porque somos tan diferentes entre todos, si se supone que todos somos la misma raza? El tema se pone complicado, ¿no? ¡Pues no! ¡Es muy simple! Lo que pasa, es que nosotros creemos que nada es fácil, ¡por eso buscamos una respuesta difícil! Bueno, no voy a ser más cruel, así que os voy a dar la respuesta: Esta película es la respuesta, nadie os lo va a dejar más claro jamás.
El director David Frankel no había profundizado tanto en nuestros corazones, de tal manera, que lloremos en un baño “cocterlero” de sentimientos indispuestos y mezclados entre sí, con los que tu cabeza y tu corazón, se verán confundidos y amenazados por primera vez, por no saber quién es el que debe decidir manejar el momento, llorando, riendo, o volviendo a llorar, pero esta vez, de una pena y tristeza tan profunda, que tu corazón disminuirá, al ver como la esperanza, reina en el escena, por su obvia desaparición.
Es una película que nos intenta engañara, pero no con malicia, ya que no todos los engañas son mal intencionados, sino que nos miente, y luego como si no hubiera hecho nada, nos enseña la mentira, y nos muestra porque no debemos guardarla dentro, como un lazo de pólvora que se va prendiendo con cada día que nos va atormentado, las imágenes del feroz tiempo pasado. El cerebro es el órgano más inteligente que hay en nuestro ser, pero a esa inteligencia le supera su propia prepotencia. Es un órgano que lo que quiere es siempre ayudarnos, aunque algunas veces nos fastidie la fiesta. Él sabe perfectamente, que lo que tu necesitas, no es ir exteriorizando tus negativos sentimientos de soledad y depresión, porque eso haría que los tuvieras aún más presentes. Pero el cerebro también se equivoca, al decirnos que no saquemos toda esa porquería que nos corrompe por dentro, toda esa bilis purulenta que nos contamina, hasta dejar un lecho negro de escamas que flotan en el aire, y que gritan desesperadas una salvación, que ya zarpo hace tiempo.
Este apasionante film de emociones supremas, te hará darte cuenta de muchísimas cosas. Te hará darte cuenta de que es más fácil vivir en tu mundo de fantasía y colorido, que levantar la cabeza, y darte cuenta, que la verdad nunca se ha ido de donde estaba, y nunca se va a ir, va a seguir ahí, mirándote fijamente a los ojos, hasta que la aceptes de una vez, porque la verdad nunca muere, al contrario que el dolor, que en ella yace. Aparte de ser un excelente drama, tiene sus entrañables y juguetonas escenas, que te harán sacar una sonrisa soleada, para que por un breve momento, las nubes se vayas y el sol regrese a iluminar la estancia.
No ha sido el mejor papel de nadie, y en absoluto penséis que me refiero a que lo han hecho mal; ni se os ocurra plantearos eso. Todos los actores, cada uno de ellos Empezado por el increíble e imbatible Will Smith, siguiendo por el realista y encantador Edward Norton, pasando por la preciosa y bellísima Keira Knightley, y terminando en la apasionante y veterana Helen Mirren, han sido, al igual que la película: Una mezcla explosiva y cautivadora, de emociones que arraigan en lo más profundo de tu ser.
Palpitante, emotiva y un mar de lágrimas con los que poder sacar toda esa “miércoles”, que amenaza con acabar con tu existencia.
Comments