Fiesta de empresa

La navidad es tiempo de alegría y felicidad, de agradecer y compartir, de aprovechar y…. ¡Plofg, ploofg! Uf! ¡Madre mía! Que arcada me ha entrado con tanta cursilería y polvos de confeti. Uf, perdonarme, ya se me pasa, continuo. ¿Por dónde iba? A si, la navidad es…em…mmm..va! A la m$!%&a! dejémonos de chorradas angelicales y niños buenos. La navidad, en todo su transcurso y tradiciones, ha cambiado mucho, y cuando digo mucho me refiero al hecho, de que ya no valen unas copitas de champan del caro en familia, ahora el plan es liarla tan parda, que acabes despertándote en una ducha ajena con los pantalones por los tobillos, un gorro de reno medio roto y un misterioso vomito anaranjado, que te chorrea por la boca, mientras se esparce por tu camiseta. ¿Un cambio a mejor? Pues bueno, todo depende de si lo miras alcoholizado o si lo miras lleno de turrón y arrumacos.

Hay que portarse con serenidad y profesionalidad delante de la jefa ¿no? Después, con un par de decenas de chupitos de tequila, ya le podrás pedir que te suba el sueldo, y la cremallera. Entre compañeros de curro insoportables, buena cara y nula comunicación, ya habrá tiempo para ser los mejores amigos del mundo, cuando estéis sordos por el “chunda-chunda” y os rodee una fuente de Vodka. Como no, el típico muchacho callado, tímido, distante y difícil de mirar a la cara, que con alcohol en sangre, se convierte en el alma de la fiesta, el sexo y la adrenalina mojando la alfombra.

Las comedias (tanto americanas como nacionales), siempre me han llevado a desconfiar, a tener pensamientos negativos involuntarios, que me lleven a pensar, que películas que salen tantas como bolas en un bombo que gira, y que de vez en cuando sale “Bingo”, no se las deben currar mucho. La comedia no es uno de mis géneros preferidos, pero tampoco me disgusta verlas (pagar por ellas es otra cosa), pero como cada vez estoy viendo que los americanos están revolucionando el cine con una nueva técnica que yo califico como “hostia al canto y te lo como todo un rato”, en donde la censura baja de nivel hasta el “a partir de 18”, el lenguaje basto y asqueroso, junto con el despelote alocado, se trasforman en un humor negro, que difícilmente no te suelta un par de carcajadas, voy con menos miedo al cine. ¿Qué si me ha decepcionado este film? Por suerte, tengo un don (aparte de mi encanto para no ligar), que es el de elegir buenas películas para ir a verlas, y aunque no sean las mejores que hay y habrá, jamás me decepcionan. Y es esto exactamente lo que me ha ocurrido con esta despampanante y alocada película, donde peras y melones, salchichas y pepinos, quemaduras de quinto grado y golpes de huesos quebrantados y blancas drogas que decoran esta blanca navidad, hacen que te lo pases la mar de bien, con sus “entrañables” y divertidos personajes (nótese la ironía entre comillas) que los directores Josh Gordon y Will Speck, nos han intentado dar, sin desencajarnos la mandíbula del soporte, por no poder parar de reír.

Estoy viendo que cada vez más, en el cine, están aprovechando el bombazo de taquilla “Resacon”, haciendo pelis de fiestas locas y demenciales, donde el alcohol, las drogas, y el sexo no seguro, conviven con los clásicos cliques humorísticos de toda la vida, que con un nuevo chispazo enérgico, que te destapona esa agria y sosa sensación, por ver un salado (en el mal sentido) largometraje, donde el objetivo es drogarse más, beber más y follar más, no es un buen camino a seguir. No digo que eso este mal (bueno, mando indirectas, pero no olvidemos que estoy hablando de una película) solo digo que intentar hacer copias “baratas” de la inconfundible y divertidísima trilogía “Resacon”, es como intentar recrear en tu casa, una poesía, más bella y macabra, que la del aterrador y esplendido poetista y escritor “Edgar Allan Poe"; un trabajo bastante “difícil” (ósea, imposible). En definitiva, que siempre me voy “pal monte”: Es una buena comedia “Hollywoodiense”, que hará que los que buscan reírse y alejarse de los dramones y tiroteos de taquilla, disfruten y se lo pasen bien, no muy exageradamente.

Divertida, dicharachera y alocada.