Aliados
- alexzv955
- 5 dic 2016
- 3 Min. de lectura
El amor es una batalla perdida, contra la sensación de presión y terror, que te oprime el pecho, como una viga de metal, que se desploma sobre tu torso, dejándote sin respiración, y sin ningún motivo negativo que te pueda impedir suponer, que lo que estás viviendo, no es únicamente un feliz principio de cuento de princesas y príncipes azules. El amor encierra a tu parte racional y lógica en una jaula de metal oxidado, electrificada con barras punzantes de hierro candente, para que deje de repetirte una y otra vez, como una taladradora que te atraviesa el cráneo, que lo que estás haciendo, no te va a servir de nada, solo acabara con tu corazón destrozado y apuñalado, mientras se ahoga en una copa de sangre purpura, que se llena hasta desbordarse, de lágrimas de dolor y sufrimiento, por haber decidido escuchar a tu pobre corazón, que solo buscaba entregarte

un poco de cariño. Ahora es cuando viene la pregunta del millón: ¿Matarías para salvar a tu amor verdadero, o matarías a tu amor verdadero, por haber sido solo un sueño, demasiado real para ser cierto?
Las pelis bélicas donde se mezclan corazones enamorados y tiros indiscriminados de injusticias que serán recodadas para la eternidad, es un tema que atrae tanto a romanticones que buscan una película de amor prohibido y a los que desean ver como el cine vuelve a matar nazis, por el simple gusto de ver como el karma devuelve lo que se ha plantado. La pregunta esta vez seria: ¿A quién no le gusta ver como matan a los nazis? Bueno, puede que la respuesta este muy dividida y provoque muchas polémicas que enfrentarían a bandos diferentes, pero yo, en mi morbosa opinión, digo que a mí me encanta y no me avergonzare de admitirlo. “Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiare”.
Pero “Stop”, detener vuestras mentes y no dejéis que lleguen a una conclusión, sin haber terminado de leer la crítica al completo, “s'il vous plait”.
El director Robert Zemeckis tiene un muy buen repertorio a sus espaldas, de films que han pasado a la historia del cine, y a la memoria de todos. Pero muy pocos saben que él, fue el director de “Regreso al futuro”, “Forrest Gump” e incluso de la terrorífica película “La casa de cera”, que a tantos nos dejó descolocados en el asiento. Por eso, estaba convencido, manteniendo siempre mis expectativas estables (o almenas intentándolo) de que este film, también iba permanecer en la gran pared de mi corazón, ganándose un hueco único en el, hasta que la muerte me separe de la butaca. Y vamos hombre si ha conseguido un hueco en mi corazón. ¡Ha conseguido un asiento en primera clase! Es una emocionante, atractiva y cautivadora película, que los deseosos de emocionantes explosiones y escenas bélicas llenas de adrenalina, se tendrán que quedar en casita viendo “Corazones de hierro”, y dejar que los romanticones empedernidos “comme moi”, que nos complace ver pasión a rebosar, dibujada en cada escena, disfrutemos de cada caricia y cada “je t'aime”, que los personajes y la trama, nos regalan con esplendor.
Tus pulsaciones se aceleraran de emoción, tus pupilas se ensancharan por deseos escondidos, y tus labios se relamerán el banquete de una bella historia de tortura sentimental y juegos inciertos y dolorosos, con los que firmaste involúcrate, al aceptar el reto de enamorarte.
Brad Pitt es el elegante “gentleman” , que las películas románticas, que necesitan un hombre de acero, para atraer al espectador más exigente en lo referido a explosiones y adrenalina, que le gustan los besos apasionados y los arrumacos cariñosos, pero que quiere un poco de acción, fuera de las sabanas, necesita para encauzar una buena relacion "espectador-pelicula".
Marion Cotillard es esa expresión de felicidad, al descubrir que le gustas a la chica de tus sueños. Es esa sensación de dicha gloriosa, al despertarte tumbado junto a tu amor. Es una musa de belleza sobrehumana, que te embelesa con su don de la actuación y sus zafiros verdosos nublados, que te arrancan una dulce sonrisa bobalicona.
Excelente, apasionante y bellísima.
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