Inferno

El infierno, un lugar donde los pecadores conviven cada día hasta la eternidad con sus pecados cometidos en vida. Un lugar donde tus pesadillas se convertirán en tus deseos, al ver el espantoso destino que se proclama a llantos y quejidos, de los mudos que no pudieron gritar, y los sordos que no pudieron escuchar dichas suplicas. Un lugar donde la esperanza y la alegría murieron mutiladas y trituradas entre las fauces de las bestias que habitan en este reino de dolor y sangre. El fuego y el azufre purificara tu alma hasta convertirla en las cenizas que se te atragantaran, al intenta aspirar algún atisbo de aire fresco, o cualquier búsqueda de una salida de este paraíso infernal. ¿La solución para no acabar viendo como tus ojos explotan como globos, al estar clavado en una estaca de hierro candente, donde tu piel se derretirá como los relojes de Dalí? No hay escapatoria para no acabar en este terrible lugar, pequeños ingenuos disfrazados de corderos.

Un enigma es aquello que atormenta noche y día al hombre que busca respuestas, donde encuentra un vaso vacío, pero con una insignia en el fondo, que le dirigirá hacia el siguiente enigma. Un enigma es algo que hay que resolver, porque si no se encuentra a tiempo, el mismo tiempo se llevara su preciado tesoro con él, desquiciando y torturando a las pobres mentes sin mente, que anhelan desesperadamente encontrar aquello que le quita el sueño por la noche. ¿Pero buscan aquello para poder dormir? ¿O buscan aquello para después seguir buscando otra cosa, tras otra y tras otra? La gente que se pasa la vida esperando que los tesoros de dicha vida vengan a ellos, sin mover ni un dedo. Son unos pobres inútiles, sí, pero la gente que se pasa su vida luchando y persiguiendo aquella que le dará la felicidad, ¿acaso no se han parado a pensar que está más cerca de lo que creen?

La extinción de la raza humana está cerca. Pronto justo y pecadores, cristianos o ateos, niños o ancianos, serán juzgados por el juez más justo e injusto, más implacable y benévolo, más bello y aterrador, que el planeta tierra puede albergar bajo su capa azul y blanca. La naturaleza se abalanzara sobre nosotros, haciendo que cada uno reciba su destino. ¿Pero, no nos hemos buscado este terrible final, con nuestra constante destrucción de todo lo que nos puede dar vida? ¿Es que tarde o temprano todo termina, todo tiene su caducidad? ¿Y si hubiera una manera de hacer que el mundo siga sano y salvo? ¿La aceptarías? ¿Y si ahora te dijese que esa única manera de que algunos podamos seguir viviendo durante muchos años más, es que más de la mitad de la población tenga que morir? ¿Seguirías aceptando esa condición?

¿Puede una tercera entrega destruir una más que magnifica trilogía? ¿Pude incluso superar a las anteriores? ¿O incluso puede llegar a ser una de las mejores películas de la década? Pues bueno, en mi humilde y estrambótica opinión, es muy buena sí, pero tampoco vayamos a subirla por las nubes para que el éxito se le suba a la cabeza.

Ron Howard logra otra vez mantenernos atentos a la pantalla, con una divina mezcla entre locura persecutoria, misteriosos misterios intrigantes y una trama que engancha tanto al espectador, que se pestañeas puede que te pierdas un punto importantísimo de la historia. Hacer una película basada en una novela, es una tarea bastante difícil, pero Ron lo hace sin contemplaciones, porque el muy “cabroncete”, sabe cómo engañarnos delante de nuestros ojos, dándonos gato por libre, y que al final se trate de un león.

Tom Hanks. Cada vez que tengo que criticar a este increíble e imparable actor, se me corta el corriente sanguíneo de las articulaciones, al no saber describir con exactitud, o incluso aproximarme, a por decir con palabras, la empatía y el respeto que desprende por todos los poros de su piel.

Parece que la actriz Felicity Jones está en todas partes, ¿verdad? Y no es para menos, porque junta belleza y profesionalidad en una explosiva maniobra de abordaje a nuestro corazón, que nos embelesa con sus zafiros verdes, su cuerpo perfectamente fabricado, para que, sin decir palabras, sigamos disfrutando de su aparición.

Minuciosa, intrigante y persecutoria.