Los 7 magnificos
- alexzv955
- 24 sept 2016
- 3 Min. de lectura
El muy, muy, muy lejano oeste, tan lejano que tenías que caminar días o semanas, para encontrarte con otro pueblo que se trataba de tu pueblo vecino. El oeste era un lugar tan peligroso y sórdido, que una sola simple gripe, podía costarte la vida, un corte mal curado, podría significar la amputación de un brazo entero, una mirada mal lanzada, podría costarte una bonita esquela, junto con los hombres y mujeres muertos sin honor, que yacen bajo la tierra, a merced de los hambrientos gusanos. Las balas eran el pan de cada día de las pobres almas, que si podían dormir más de tres horas seguidas por la noche, era un milagro que agradecían pidiendo poder dormir y despertarse después. Las lapidas decoraban el firmamento, profetizando la muerte inminente, que se paseaba por las arenosas calles, proclamando la ley marcial.

La venganza, una dulce y agria solución para que los pecadores reciban su buscado merecido, de la mano de los hombres a quienes han maldecido, con injurias, muertes y decadente impureza, que teñirá las manos de rojo, a aquel que se atreva a luchar por los inocentes y a enseñarles a la vez, que ningún señor, ni ningún dios todopoderoso bajara de las nubes a ayudarles: los humanos acarreamos con nuestras acciones, y los humanos defenderemos a los que deben ser defendidos.
Caballos, vaqueros, oro, disparos, pistolas y matojos rodantes mecidos por el suave viento silencioso del horizonte, que llama la atención por ser el único que se atreva a moverse, ante la inminente lluvia de tiros, que está a punto de caer sobre las cabezas y torso de los están a punto de saber, que hay después de la muerte.
¿Un Wéster familiar? ¿Una película de vaqueros en busca de venganza, con toques de humor para los más indecisos? Me hubiera gustado más un Wéstern modernizado, al estilo de “Django” (sangre, sangre y falta de piedad), pero por desgracia no todos los directores son Tarantino. Lo que he visto es un Wéstern poco modernizado con bastantes y demasiadas escenas de humor, para quitar ese mal sabor de boca, que trae la guerra. ¿Pero a vosotros quien os ha dicho que la guerra, la sangre y la muerte puesta en escena, no de mal sabor de boca? ¿Y a vosotros quien os ha dicho que la risa y el humor lo arreglan todo? ¡Al contrario! ¡Estropean la maravilla que estáis intentando crear!
Los Remakes están de capa subida, y son una excelente e ingeniosa elección, para enseñar a los jóvenes sabelotodos ignorantes de hoy en día, lo que eran los filmes de verdad, en la época donde de diez películas, una era mala.
Lo que nos trae el director Antoine Fuqua no es un peliculón, pero si una muy buena película, un notable alto, un excelente bajo, que para la gente como yo, que somos muy “exigentes” en el tema de ver muerte y vísceras en la pantalla, ver que el del asiento de al lado se está “partiendo” de risa cada dos por tres, es decepcionante; estas cosas te avinagran la lengua.
Una más que entretenida, merecedora de aplausos y más que decente peli, que no se va a salvar de malas críticas, pero que por suerte, lo que sí que la salva es un reparto elegido con excelencia y sabiduría, para que ningún espectador quede insatisfecho en ningún sentido, y un final tremendo, de esos que te crioniza el corazón en el tiempo, y notas como un puño atraviesa tu torso y lo agarra con fuerza, abriendo y cerrando la mano a placer.
Si salen Denzel Washington (actuación a lo Denzel), Chris Pratt (rebelde y encantadora) y Ethan Hawke (inspirador y realista), ¿Significa eso que estamos ante una buena película? Digamos que el 90% de las veces, es un sí rotundo, y el escaso 10%, un fracaso de esos que dejan mella en tu consciencia. Pero la película no hubiera sido la misma sin los demás “actorazos” que han hecho lo que decía su guion, y mucho más.
Magnifica, sobresaliente y grata.
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