Nunca apagues la luz

La oscuridad es un lugar donde reinan nuestras pesadillas más inimaginables y más temibles. En la oscuridad no sobrevive nadie, excepto los monstruos que duermen bajo tu cama, y esperan pacientemente a que te bajes de ella, te agarran del pie, y te arrastren hacia las profundidades del infierno. El sol y la luz son el bien, la luna y la oscuridad son el mal. Juegan con nuestra imaginación de una forma tan tenebrosa y aterradora, que nuestra consciencia se ve avasallada por miles de preguntas sobre cómo será nuestra muerta: Si lenta, o dolorosa.

Lo bueno de las pelis de terror, es que, en bastes ocasiones, hacen exactamente lo que nunca haríamos nosotros en la vida real. ¿Tú bajarías con una linterna al sótano, cuando acabas de ver un monstruo sin cara que se ha comido a toda tu familia? ¿Tú te enfrentarías con un “cuchillito” a seres fantasmales que no les afectan ni tus gritos ni tus amenazas? ¿De verdad creemos que podemos luchar contra algo que si le diera la gana, nos cogería por los aires, y nos retorcería como una toalla mojada, que está intentado secarse? Vamos, un poquito de por favor.

E de admitir que mis expectativas no estaban muy altas, pero prefiero que estén por debajo de la media, que por encima, así se me decepciona (que pocas veces lo consiguen) mi decaimiento es menor. Pero al parecer he sido el unido que se ha visto sorprendido y aterrorizado, por escenas que coagulan la sangre y dejan ojos bien abiertos, a la espera del previsto susto. Pero eso me da igual, porque como digo siempre: Gustos, colores y opiniones, piedras.

Da bastantes escalofríos: eso de primeras. Es una película de terror clásica, que junta nuevas actualizaciones que son las e ir al grano y no empezar a remover el polvo del pasado, explicando con detalles, que es ese monstruo y como se puede acabar con él. Tiene destellos nuevos que te dejan paralizado en el asiento, deseando que se termine la escena, por puro miedo psicológico. Hay escenas que te pillan de improvisto, que en teoría, y siguiendo las reglas de los filmes de terror, no cuadran con lo que estas viendo y que para las almas no curtidas en los más intrínsecos filmes del cine de terror, les puede “acojonar” de una forma bastante placentera. Es una peli que de verdad da miedo, que da “yuyu”, del que te quedas mirando fijamente a un punto de la habitación, deseando y rezando a tu dios todo poderoso, para que de esa grieta inerte de luz, no aparezca un alma errante, que te de tal susto, que te paralice el corazón.

Tiene ojos brillantes y potentes, y una belleza de escándalo que sobresale de la pantalla en cada escena que aparece ella (y es la protagonista). No, no me refiero al escalofriante monstruo anti luz que han elegido con suma “brillantez”, sino a la actriz Teresa Palmer, que con su descolocada y esquizofrénica madre Maria bello, no desentonan en absoluto en pantalla.

Modernizada, tenebrosa y aterradora.