The Green Inferno

Todos los años, en los lugares más hermosos del planeta tierra, el ser humano pone su garra carnívora y devastadora, para apropiarse de un territorio que según él le pertenece, al primero que le pone nombre. Así somos ¿no? Todo lo que no está cogido aun, significa que está libre, que no tiene dueño, que nos podemos apropiar de eso, explotando y demoliendo miles de árboles que pertenecen a paraísos recónditos en el que todo era bello, hasta que aparecimos nosotros, con nuestro poderío y hambrientos por conquistar otra explanada mas, y convertirla en un sitio acogedor y hogareño, donde construir spas, campos de golf inmensos y una mansión de lujo, por donde podrás ver cada mañana, un amanecer tan rojo, como la sangre que se ha derramado para que tú puedas disfrutar de esa vida.

Todo parece muy bonito por fuera, todo brilla por su cálida y fresca brisa, que te recuerda que la naturaleza es sensible y bella, que la naturaleza es sabia y majestuoso, que sus imperfecciones son sus toques mágicos, que te hacen tumbarte en una colina, contemplando el atardecer, mientras lo pájaros vuelven a casa, y tu deseas permanecer allí tumbado, hasta convertirte en uno más de este maravilloso mundo. Todo son flores, canciones joviales y cielos despejados, hasta que te adentras en sus entrañas oscuras y maquiavélicas, y descubres un lugar tan horripilante, tan espantoso, tan sobrecogedor, que desearas estar muerto, dentro de una pecera, mientras te ahogas reviviendo una y otra vez, tu pesadilla más macabra.

Jamás, y jamás es una palabra que en muy pocas ocasiones digo, pero es que jamás, mis ojos y mis sentidos se habían topado con tal atrocidad, con tanta agresividad, con tanta bestialidad, con tan poco tacto por los pobres tiquismiquis, a los que les da asco ver una pequeña e insignificante gota de sangre. Es tan violenta, que dejaras que tu mandíbula se desmaye, mientras tu mano tapa tu boca, para no gritar de terror, y la otra tapa tus ojos, entreabriendo los dedos, porque sabes que te gusta ver sufrir a los demás, de tal manera, que te recomiendo que no hayas comido en días, si te dispones a visualizar este escalofriante y desgarrador filme, que se te presentara por las noches en forma de silueta, se te posara en la cama y te observara hasta que te duermas, y tener la oportunidad de desquebrajarte los huesos, arrancarte la piel a bocados y sacarte los ojos con un trozo de hierro oxidado.

Eli Roth, mis más sinceros agradecimientos, por regalar al cine, esta espléndida y enloquecedora película, que a más de uno, le habrán entrado ganas vomitar, al ver escenas tan descabelladas y horribles, que te vuelves vegano de inmediato.

El reparto –como yo esperaba- no ha sido el reparto a los que todos estamos acostumbrados, y ni me gusta ni me deja de gustar. Sí que me agrada ver la oportunidad que dan a jóvenes estrellas de saltar al estrellato, pero bueno, “ni fu ni fa”, ya que lo han hecho espléndidamente, aguantando el tipo en todas las escenas y tenido un estomago de hierro.

Salvaje, estremecedora, insoportable.