La sombra de los otros

¿Quién eres ahora mismo? ¿De verdad eres tú? ¿U otra persona? ¿Tan cruel es tu cabeza que un día te duermes en tu reconfortarle cama y a la mañana siguiente te levantas rodeado de inmundicia, en una casa ajena, donde la suciedad y los despojos humanos, se han divertido con las adicciones y quebrantando pecados? ¿Serás sonámbulo? No, eres dos personas, dentro de un mismo cuerpo, ¿pero a quien le pertenece de verdad el cuerpo? ¿Quien estuvo antes? ¿Quién es el heredero al trono del control total de la mente? Quien sabe, lo único que se sabe es que eres tú mismo y a la vez dentro de tu cabeza, habita otro tú, totalmente distinto al que ves cada mañana ves reflejado en el espejo.

Solo somos un trozo de carne, un envase, una cascara maquillada con estilo y prejuicios, que intenta mostrar al mundo exterior, lo que somos en realidad en nuestro interior. Sin nuestra alma, solo seriamos un saco lleno de sangre y agua, que no se mantiene en pie él solo, si no fuera porque es poseído por un ser más antiguo que las rocas, más antiguo que el agua y más poderoso que ninguna magia ancestral que nos haya demostrado su poder. Cundo te dicen que mires en tu corazón, para saber que es de verdad lo que sientes, cuando te dicen que los ojos son el espejo del alma, que reflejan bondad, sufrimiento, ira o maldad, cuando te miras al espejo por la mañana y te quedas mirando tu rostro, como si de otra persona se tratara, como si no estuvieras solo en el baño, como si el eco de un recuerdo lejano, se te colara por los oídos y atravesara la barrera que mantiene a la cordura y la locura separadas; tu alma es lo único que te queda cuando mures, ¿o desaparece en el olvido, como las cenizas de un difunto, arrastradas por el aire?

Es una película un tanto retorcida y despreocupada por que el espectador entienda de primeras que es lo que está ocurriendo, y eso es un toque especial e innovador, que te mantiene atento a cada paso que dan los personajes, para ver si encuentras una solo pista, que ponga luz, sobra la oscura sombra que yace en el vacío de la búsqueda. Puede que sí, que sea un tanto especulativa y que no la entiendas del todo, con sus desconcertantes hipótesis sobre si es un juego real sobre un sádico maniaco, o que lo que está ocurriendo de verdad se escapa de nuestro entender científico y pragmático, a un mundo que todavía no logramos comprender del todo. Por eso es un filme tan especial e innovador, porque le da igual si lo entiendes o no, porque Måns Mårlind y Björn Stein –directores del largometraje- han decidido explicarte una historia a su extraña manera, para que entiendas lo que tú quieras entender, no lo que ellos intentan demostrarte, con giros de guion sorprendentes e inesperados, una trama una tanto singular y macabra, y un entorno alejado de las típicas pelis de terror, que estamos cansados de ver.

Julianne Moore es una actriz con un rostro inteligente y estable, como el de una profesora de matemáticas, que crees firmemente en cada palabra que sale de su boca, por su entonación, que no refleja ninguna duda en lo que dice y su esfuerzo real por intentar averiguar qué demonios está ocurriendo.

Jonathan Rhys Meyers es un actor con una cara pecaminosa y bella, que me sorprende que me haya sorprendido tanto, con una actuación brutal y escalofriante, que te estremece los huesos y empieces a creer que no eres el único que está perdiendo la cabeza.

Inhóspita, macabra y desconcertante.