Mi amigo el gigante
- alexzv955
- 13 jul 2016
- 3 Min. de lectura
Hay millones de corazones en este mundo, que cada noche resuenan en el cielo, formando ecos inaudibles para nuestros pequeños oídos, pero que para un hombre grande y bondadoso, que llena nuestros sueños de felicidad y fantasías, son los lamentos de alguien que pide ayuda en silencio, son los cantares de alguien que brinca de felicidad dentro de sí y son los susurros misteriosos, que se esconden en cada rincón de nuestros ser. Un corazón perdido, ahogado y desahuciado de su propia vida, que lo único que busca y reclama desesperadamente, es algo de amor, en su desdichada y olvidada existencia.
Una niñita tan linda y decidida, como el arcoíris que pinta el cielo de multicolor, y denota su presencia, cuando tan solo se han presentado las primeras gotas de lluvia. Esta niñita tan valiente y desolada, solo pasaba las horas de la larga noche en vela, buscando algo que le haga feliz, algo que le haga sentirse querida, a alguien que le diga los buenos días, cuando el sol nos despierta sin piedad. Esta niñita tan encantadora y motivadora, solo buscaba a alguien en quien confiar, alguien que la quisiera, alguien que le diera las buenas noches, con un tierno beso en la frente y le contara dulces cuentos, que relatan las aventuras de un niño que no quería envejecer jamás.

Los gigantes siempre han sido unos brutos y zoquetes, que su única intención es comer pequeños humanos y degustarlos en una cena, donde zamparse uno a uno, a los niños que nadie echara de menos, que todo el mundo acabara olvidando. Pero estos gigantes, aparte de cumplir los requisitos de estúpidos y bobalicones, son tan despiadados, que no eligen su próxima comida, cogen, roban y secuestran a niños indefensos, mientras sus padres lloran su perdida y las autoridades estallan en desconcierto. Estos gigantes son solo fuerza y destrucción sin igual. Pero, una oveja negra en el ganado, sobre sale de las demás por ser diferente, por ser distinta e sus despiadados hermanos. Este gran gigante, prefiere comer asquerosas verduras putrefactas, antes que romper su corazón y alma, comiéndose a un ser indefenso, que no ha hecho daño a nadie.
Puede que todo esto solo sea un maravilloso y espectacular sueño, del que de un momento a otro, me caeré de la cama y volveré a mi deprimente y gris vida real, de la que desconozco la palabra diversión, emoción y esplendor. Puede que estos bellos parajes recónditos y extraordinarios, solo sean delirios de una pobre niña, que se está hundiendo en la ms profundas locura y que tarde o temprano, se dará cuenta de que nada de lo que a visto es real, y que su sitio está un lúgubre orfanato, donde esperara y esperara, a alguna familia que necesite un miembro mas, para ser felices. Puede que esta estupenda y grandiosa aventura que he emprendido, con mi gran amigo el gigante, sean delirios y alucinaciones de una imaginación tan desperdigada, como mi voluntad de seguir existiendo.
Todos pensábamos lo mismo: ¿Nos volverá a sorprender Spielberg, con una grandiosa nueva aventura, que pondrá a la sombra a muchas de sus otras obras? Seamos francos, es una película 70% para niños, eso es tan cierto como que mañana amanece. ¿Pero sabes lo que pasa cuando te sacas un moco? Que te llaman “comemocos” de por vida. Y eso es exactamente lo que ha pasado con esta esta película: Todo el mundo ha ido diciendo y proclamando a los cuatro vientos, que iba a ser la nueva “E.T” y no saben, que solo hay un “E.T”. Al pobre Steven Spielberg se le han hechado encima como hienas hambrientas, al descubrir que su obra no superaba sus astronómicas expectativas. Vamos por favor, ¿Qué esperabais? ¿Un “Avatar”? ¿Un “Poltergeist”? ¿Un “Tiburón”? Nos ha dado lo que todos queríamos y lo hemos recibido con los brazos cruzados, una expresión de enfadada y desagradecida y un escupitajo en el suelo. Spielberg es mejor que todos nosotros y le debemos respeto y sumisión, por regalarnos películas tan conmovedoras y tan espectaculares, que si él se cae, nosotros le recogemos del suelo y le echamos una mano.
Ruby Barnhill es una encantadora jovencita, que se estrena muy fuerte en el mundo del cine y nada menos y nada menos que de la mano de Spielberg. Es una chiquilla que agrada y te saca una sonrisita coqueta en esos días oscuros y nublados.
Mark Rylance como el apacible y amable gigante, nos enseña un mundo donde jamás hubieras pensado que pudiera existir. Un mundo, donde descubres de donde nacen los sueños, en forma de gotas de agua. Nos enseña esto y mucho más, con un lenguaje un tanto peculiar y entrañable, que divierte al más pintado.
Entretenida, vistosa y cordial.
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