Scary Movie 2
- alexzv955
- 24 jun 2016
- 2 Min. de lectura
Esos días en los que la leche del café esta avinagrada, el suelo de la habitación te ha hecho de cama en uno de tus sueños moviditos, el aire es espeso y amargo, y el cielo te escupe a la cara con mil gotas para terminar de rematar la mañana. Estos días, son perfectos, son ideales, son excelentes para ponerte en el sofá con un vasito de Coca-Cola, unas palomitas al toque de sal, y las persianas bajadas, mientras te tumbas en el sofá y le das al play, para proponerte mejorar tu apestoso día, arrancarte una sonrisa muy realista de tu ceño fruncido, y esperar con ansias no partirte en dos como un tomate, al visualizar tales escenas delirantes y alocadas, que alegrarían el día al mismísimo Ebenezer Scrooge.

Tan extravagante, tan estúpida, tan incoherente y tan divertidísima como su anterior entrega. Te prometo y te puedo jurar por lo más sagrado, que no podrás contener la risa, y las lágrimas harán enrojecer tus ojos, haciéndote parecer una cascada continúa de risotadas y tonterías delirantes. Es que es tan buena, que me molesta y decepciona que el cine de comedia, no haya aprendido a lo largo de los años a apreciar mejor lo que es “la buena comedia”, la comedia que te hace encogerte en el suelo, con miedo a morir de la risa, la comedia que logra dejarte sin respiración durante 10 minutos seguidos, y ponerte morado como una berenjena, por la falta de oxígeno en tu cerebro. Mucha gente a muerto de risa, no es una cosa para tomársela a la ligera.
Sus toques simples e ingenuos, son los que la hacen alzarse entre miles de films decepcionantes y pegajosos, que ni tan solo logran aspirar de tu rostro un movimiento de agradecimiento o interés. Antes, 9 de cada 10 películas de comedia, eran perfectas recetas contra la depresión, las veías para sentirte mejor, y que la risa hiciera huir al mal y la ira que habita en tu interior. Pero ahora, ese porcentaje ha bajado notoriamente, haciendo que 5 de cada 10 comedias que hay en cartelera, sean aceptables para pagar por verlas en el cine, y eso es una cifra bastante desilusionante.
Sin perder los toques míticos que hicieron a su primera entrega ser un bombazo de taquilla, se hace disfrutar muchísimo y con muchísima clase, con sus estúpidas y anecdóticas escenas tronchantes, que empatan por todo lo alto a su antecesora, con impertinencias, extravagancias y memeces agradables.
Volvemos a ver a Anna Faris en el papel de alocada y extraña inocente protagonista, que se ve mezclada de nuevo en un mundo de pesadillas descacharrantes, personajes ilógicos y memorables y de nuevo poniendo en ridículo algunas escenas de films de terror, que te dan ganas de tirar la televisión al suelo, para ver si encuentran un poco de lógica en sus simples guiones.
Divertidísima, risueña, y gloriosa.
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