Brokeback Mountain
- alexzv955
- 22 jun 2016
- 4 Min. de lectura
El amor es tan inestable como una moneda que se posa de pie. El amor es tan inseguro, como una apuesta al mejor caballo. El amor es tan ilógico, es tan incoherente y es tan ilegible, que si te pasas la vida preguntándote cada día, el porqué de que la gente se enamora, te volverás igual de loco, que aquel que dijo que jamás dejaría que el amor le hiciera daño; pobre ignorante. La gente se cree que puede sobrevivir a un flechado muy mal intencionado de esta malvado personajillo con pañales, pero no es verdad. Es imposible que exista alguien en la tierra, que jamás se haya enamorada, sin quererlo hacer. El amor no te pide permiso para entrar en tu corazón, el entra pegando un patada a la puerta, rompiéndote 4 costillas, perforándote un pulmón, llenándote los ojos y la boca de sangre, y esperando amablemente a que hagas lo que él diga, o si no, te las veras con la mayor fuerza que la humanidad ha temido más que a la muerte.

Puede que sea una melodía armoniosa, un cuerpo poderoso o unos ojos lilas como zafiros, pero sea lo que sea, el estará allí, para “enflecharte” y darte caza, para no soltarte jamás, mientras disfruta del espectáculo que ha causado en tu interior, y se ríe mientras sufres la larga angustia, que ni siquiera el tiempo, te ayuda a olvidar el dolor que sientes; el amor es caótico, el amor es irresistible, el amor es amor.
El otro día le dije a un amigo que me disponía a ver “Brokeback Montain”, y él me dijo que si se trataba de la película de los “gays” vaqueros; no me digne ni a contestarle. La gente es estúpida de remate, pero estúpida, estúpida, no tonta, ni ingenia, ni ignorante “estúpida”. Aun estando en una era tan moderna tecnológicamente y “supuestamente” también libre de prejuicios hacia razas, ideologías y sexos, sigue habiendo “neandertales” que siguen pensando que las mujeres y los hombres deben estar juntos, porque así “dios” y la naturaleza, lo ha querido; que estúpidos ignorantes bobalicones de remate. Cuando ves gente con las ideas tan anticuadas, al principio te produce rabia, una rabia de pegarle una bofetada en el mentón, con la mano en forma de cuenco, para que despierte de una vez por todas, y vea que ya no estamos en la época que ahorcaban y crucificaban a personas por meras creencias, ya no estamos en la época donde ahogaban a “supuestas” brujas para liberar así su alma, y mucho menos estamos en la época que los negros no podían ni comer, ni pasear, ni mirar a los blancos: estamos en una época, donde todos somos suficiente “mayorcitos” para saber que lo importante no es ni el sexo ni la raza, ni su orientación sexual, lo importante es el cariño y el aprecio que se tienen dos personas que se quieren, y no quieren tener miedo de demostrárselo al mundo entero.
Es una película que te apacigua como cualquier película romántica de las de antes. Tiene una espiral de inclusiones, que te hacen sufrir tanto como sus desesperados y enamorados protagonistas, que no saben el porqué de lo que está pasando, pero les da igual no saberlo, les sirve estar juntos, y disfrutar el uno del otro. Es un filme que te adentrara en las entrañas de los prejuicios americanos, que aún hoy en día, no dejan descansar y ser libres, a los pobres jóvenes, que se sienten cohibidos por su ambiente acosador y peligroso. Es un largometraje tan bonito, tan sincero y tan real, que es imposible evitar derramar lágrimas de alegría y tristeza, al ver como la vida de dos hombres, que pensaban que tenían las cosas claras, les da un vuelco de 360º, apareciendo en escena el temible y antagonista de cualquier persona que quiere vivir en su encantadora mentira perfecta; el amor.
Puede que su fama y audiencia se haya debido a que se trata de una película, que al tocar temas “tabus” –que no deberían ser así- llama mucho la atención, porque siempre estamos acostumbrados a ver películas de amor entre chico y chica, ¿pero es que un chico y otro chico, o una chica y otra chica no tiene derecho a tener su propia película de amor? La pregunta es retórica, pero la respuesta está claro que es un sí.
Ang Lee nos demuestra que cuando intentas luchar contra un nuevo sentimiento, que destroza todo lo que tu habías creado a lo largo de tus años vividos, derrumbando y destruyendo cada anhelo, cada deseo y cada emoción que se suponía que te debería hacer sentir algo, y lo que no lo hacía ahora si lo hace, es como una bomba explosiva en tu ser: sabes que está pasando, pero no sabes cómo reaccionar.
Heath Ledger como hombre desesperado por haber decubierto su verdadero ser, y Jake Gyllenhaal como pastor de ovejas que se siente incompleto cuando su verdadero amor, rechaza lo que es de verdad, crean una pareja hermosa y bella, que con la mezcla perfecta de interpretación y actuación magistral, se crea una preciosa relación de amistad, más allá de lo que jamás se ha visto.
Hermosa, amena y realista
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