Angry Birds
- alexzv955
- 20 jun 2016
- 3 Min. de lectura
Todos tenemos un límite de paciencia, un hilo muy fino y delgado, que en algunas personas se rompe con facilidad, y en otras, perdura hasta la muerte. Pero cuando alguien te saca de tus casillas, te toca donde no te tiene que tocar, y hace que una gota colme el vaso, derramándolo por tu cara, la amabilidad ya no será tu punto fuerte. Todos hemos perdido los nervios alguna vez en nuestra vida, y en algunas ocasiones nos arrepentimos de hacerlo, ya que hablamos sin pensar, y las palabras nos salen como rocas ardientes de la boca, que no tienen ningún sentido, pero otras, agradecemos y maldecimos por no haberlo hecho antes, ya que a causa de tu subida de tono, y cambio de personalidad repentino, las cosas han ido a mejor, y ese chalado toca “bulets”, no ha vuelto a molestarte, por su bienestar físico.

La ira es incontrolable. Una persona que vive su vida con felicidad y amor, es una persona sana emocional y físicamente, pero no siempre puede estar alegre y dicharachera, saltando por los prados verdes con su cestita de madalenas de fresa, necesita ese toque de enfado y carácter, para que no le tomen el pelo. Una persona que vive con ira toda su vida, aparte de convivir sola con la soledad y la depresión, seguro que no necesita guardaespaldas ni nadie que venga a rescatarla, porque ella solita se las arregla, pero necesita un poco de amistad y cordialidad, ya que está en juego su psicología y estado físico, al morirse de pena, por no poder amar a nadie más de medio segundo, sin gritarle a la cara. Todos necesitamos una media naranja, aunque nosotros mismo nos las apañemos. Pero solo la necesitamos para ser un pelín más felices, un pelín más aventureros, y un pelín más de que al igual que el sol necesita a la luna para dormir, y viceversa, nosotros necesitamos a alguien que nos levante cuando nos caemos, y nos de ánimos para seguir hacia delante.
Del juego a la pantalla, y con gran esplendor y maestría. Es difícil hacer una peli de un juego para móviles, pero estos chicos de Ravio no se dieron por vencidos, estrujaron bien sus neuronas, y decidieron hacer un largometraje que explicara el origen del odio que hay entre pájaros y cerdos, sumergiéndonos en una aventura de animación entrañable y divertida, que vuelve a seguir los pasos de la compañía Disney, al hacer un film apto para todos los públicos, tengan la edad que tengan.
Todas las películas de dibujos nos quieren enseñar algo, con toques guasones y salados, para demostrarnos que todo tiene solución, si luchas con valentía y confianza, por tus objetivos. “Angry Birds” enseña a los malhumorados y a los ermitaños desquiciados, a salir a la calle, y con una gran sonrisa, brindarle al mundo con dulzura, “que jamás volveré a fruncir el ceño, sin una causa justificada”.
Las traducciones estadounidenses ya son ocurrentes, pero las que han elegido para poner las voces en el doblaje en español, lo son aún más, porque desde Santiago Segura, con su salada forma de ser, hasta Jose Mota, con su humor ameno y alocado, pasando por Alex de la Iglesia, en su primera y complaciente puesta de voz a un dibujo animado, terminando por Cristina Castaño, y su armoniosa y delicada forma de hablar, son unos doblajes encantadores y excepcionales.
Ingeniosa, vivaz y agradable.
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