La Bruja
- alexzv955
- 17 jun 2016
- 4 Min. de lectura
Cada día rezas a un dios que vive en las nubes, que te protege a cada paso que das, te resguarda de la lluvia cuando la tormenta se ciñe sobre ti, y te acoge en su dulce balanceo, con una suave brisa, que revuelve tu pelo, cuando yaces en el suelo, sin vida alguna. Te sientes solo, porque aunque reces miles de veces, y las manos te sangre a chorros, nadie te escucha, nadie escucha tus plegarias, nadie está ahí para ayudarte, excepto un ser más antiguo que la cólera, más contúndete que la naturaleza y más perverso y diabólico que su propia sobra. Este ser se hace llamar de muchas formas, pero siempre está atento cuando lo llamas, porque cuando lo haces, es que tu misericordioso dios, te ha olvidado, y lo único que te queda es refugiarte en las llamas del demonio, mientras este corrompe tu cuerpo con los pecados más inmundos y desagradables, que el ser humano puede recrear con malicia y perversión.

La sangre que gotea de tus envenenados ojos, será el único liquido puro que tus labios rozaran, porque cuando te sientes a ver este film, tu mundo cambiara de una forma en la que no podrás mirar a nadie a la cara, con la dulzura y amabilidad, con la que tus pupilas se dilataban, al disfrutar del aliento matinal de la primavera, en un día en el que las nubes se han esfumado del firmamento, y han dado paso a la cálida mirada del cielo azul, que te acurruca en sus senos de algodón blanco, que flotan creado formas, y desquiciando tu imaginación.
Disfrutarás de cada macabra escena, de eso no tengas ninguna duda, pero no te creas que te dejará ni un solo segundo para que puedas respiran hondo, y expirar tus males internos que retiene tu corazón en un bunker de cemento armado, que ni un solo atisbo de luz, penetrará en él, para que puedas volver a sentir algún sentimiento emotivo o agradable.
Cuando vas a ver una película de terror al cine, en estos tiempos en los que casi todos los films que hay, solo ofrecen sustos sosos y decaídos, y no lo primero que te viene a la cabeza, al escuchar la palabra " terror": pasarlo verdaderamente mal. Por suerte este excitante y aterrador film te da en bandeja de oro, todo lo que tus borrosos sentidos cinéfilos te piden, multiplicado por dos. Lo que todo el mundo espera de una película de posesiones o fantasmas son sustos, tensión, y un poco de sangre, para que nos vamos a engañar; un poco de sangre roja en las escenas, no va mal para endulzar la trama.
Cuando vi el tráiler por primera vez y sus respectivas críticas, tuve una extraña sensación de temor extremo y escandalosa brillantez, por eso cuando me pose en la butaca, y tuve ante mis ojos la gran pantalla, me agarre a los brazos de sillón, esperando encontrar por primera vez, en mucho tiempo, un film que me sobrecoja hasta el punto de no poder cerrar los ojos, por temor a que a este terrorífico cuento inglés, me acoja con frialdad en sus afiladas garras.
No es una peli para ojos sensibles, así que si estás dispuesto a arriesgar tu integridad mental, mantente atento a cada minuto que parecerán eternos, y pasan volando por tu petrificada figura. Tanto el paisaje, como el vestuario, como los encantadores y tétricos escenarios grises, son espléndidos y escogidos a la perfección, con una delicia y estremecedora elección, que no podrás escapar de sus ramas toscas y muertas, hasta que no mueras en sus brazos de madera. No vais a ver la típica película de hechizos, encantamientos y pociones, tenerlo claro desde un principio, porque esto que os estoy contando es una advertencia, porque si mi cuerpo curtido en mil batallas sangrientas y viscerales, ha mantenido el tipo hasta rozar el límite de mi cordura, el vuestro no está hecho para lo que os depara.
Robert Eggers se ha alzado con mazo de hierro, de una forma en la que nadie está acostumbrado a ver, en films de directores tan “principiantes” en las grandes pantallas del mundo entero, de una manera en la que vas a sufrir con cada atroz y espantosa incoherencia, que se desparrama por las escenas.
Un aplauso más que gratificante por la impresionante actuación de esta bella actriz, que ha dejado de ser una joven Anya Taylor-Joy, y a ser una mujer hecha y derecha, que con ojos negros como el carbón, y pelo rubio como el oro, te estremece y asombra con su obra.
Harvey Scrimshaw es uno de los pocos jovencísimos actores de cine, que recrean una espeluznante y real obra maestra, que te congela la sangre y pega los parpados a las cejas, para que no puedas dejarle de mirar.
Ralph Intenso es un poderoso y cristiano hombre de familia, que con fe y gracia, traslada a sus congéneres a un lugar aislado de la mano del hombre, donde con convicción y desconcierto sobre los caminos del señor, busca desesperadamente, algo vivo entre tanta muerte.
Kate Dickie por un instante no me convenció como amorosa y benevolente madre, pero después de ver como con firmeza y don sobre cómo llevar a cinco hijos sobre sus hombros, pierde la cabeza, y se desvía hacia la locura, hasta precipitarse por un acantilado de amargura y llantos, me llego a asombrar muchísimo.
Estremecedora, agónica, y espeluznante.
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