Noche en el museo 2

Todo vuelve a cobrar vida. La magia nos vuelve a inundar los corazones, con miles de historias y personajes entrañables y fantásticos, que nos alegran el día, enseñándonos a la vez que nos hacen disfrutar de su maravillosa aparición. Lo que una vez estuvo muerto, inerte y olvidado, retorna a nuestras vidas, para enseñarnos con divertidas y majestuosas palabras y acciones, lo que es estar vivo de verdad, y disfrutar de la encantadora experiencia que es vivirla.

Me ha gustado mucho, pero mucho mucho, no me esperaba que una segunda entrega me fuera a divertir tanto como la primera. Jamás hubiera pensado que fuera a decir que una segunda parte de una película, pudiera empatar con creces, a su maestra madre, con diversión a tutiplén, maravillosos escenas conmovedoras y movidas, y míticos personajes históricos y de leyenda, que nos impregnan los ojos con purpurina de oro, nos pegan los parpados a la cejas, y no nos permiten dejar de mirar la pantalla ni un solo segundo, para evitar que no nos perdamos sus preciosas y juguetonas experiencias inolvidables.

Es una película de cine, lo que significa –y que muchísimas no tienen el privilegio de pertenecer a este gran clan- es que tienes que ir a verla al cine si quieres disfrutar verdaderamente de un buen film, que 5 de cada 10 que están en cartelera, no se merecen tal oportunidad; como mucho, esperar a que la den por televisión, un domingo nublado, que tus expectativas de leer y jugar al “Candy Crash” se han visto arruinadas por la monotonía y el aburrimiento continuo, y la única salvación para tu escasa diversión –y la aparición de la temible “siesta”- es encender la tele y esperar algún estreno que al menos te mantenga despejado el tiempo suficiente para que Morfeo no aparezca con sus polvos somnolientos.

Que grata sorpresa la aparición de grandes personajes como: el temible Al capone, la indomable Amelia Earhart, el aterrador Ivan el terrible, el estratega Napoleón Bonaparte, el genio matemático Albert Einstein, el misericordioso Abraham Lincoln, el valiente General George Armstrong Custer y muchismos más encantadoras y míticas leyendas de la historia humana, que han pasado a la posteridad, con majestuosidad y sabiduría, y que en esta espectacular película, puedes revivir estar con ellas una última vez más, y descubrir cual eran sus anhelos y sus virtudes.

Se nota que no iban a desperdiciar el gran “boom” que provoco la primera entrega, con grandes y “más que suficientes” buenas cifras, para dar enseguida luz verde a una segunda entrega, que tendrás el doble de emoción, el doble de diversión, el doble de apreciación, y el doble de todo lo que la primera nos plantó en un menú exquisito, y que esta, no muestra un menú mucho más abierto, pragmático y conmemorativo, para que nadie en absoluto, se atreva a bostezar durante su proyección.

Ben Stiller es un actor, -que al igual que muchos otros- te gusta verlo en las películas que eliges ver, porque parece que interprete un papel real, sin enfatizar, exagerar y dramatizar todas las escenas, convirtiendo una película en un “culebrón venezolano”; parece que su guion este improvisado, y eso le ayuda más a empatizar con el público.

Nuestra nueva protagonista femenina “Amy Adams”, nos deleita con una actuación encantadora y pegadiza, que nos es imposible contener una sonrisa coqueta, al vernos hipnotizados por sus ojos de cielo, su carisma positiva, y su guerrera personalidad; un 10 en la ejecución e interpretación.

Vuelve nuestra luchadora y minúscula –pero matona- pareja de guerreros empedernidos, de la mano de Owen Wilson y Hank Azaria, que nos vuelven a hacer reír de una forma única y saludable, con sus coquetas y valientes acciones.

Agradable, divertidísimo y emocionante