Forrest Gump

¡A la horca quien diga que alguien no pude hace realidad sus deseos! ¡A la hoguera quien juzgue de antemano a una persona, y le diga a la cara que hay límites en esta vida! ¡Mentirosos! ¡Todos son mentirosos! Que jamás, jamás, jamás, una palabra o frase te bloque en la vida, diciéndote lo que debes decir y lo que debes hacer y a donde tienes que ir. Tú eres el guía de tu camino, tú creas tus propios puentes y tus propios lagos. Nadie en esta vida y ni en la siguiente, te podrá negar que eres único en tu especie, especial entre todos. Ser la oveja negra o ser la manzana podrida del cesto, tiene sus cosas buenas, ya que eres diferente a los demás, no sigues las reglas establecidas, ignoras los ideales

prescritos desde tu nacimiento. Utiliza las críticas de los demás, como un trampolín, hacia el éxito.

Intento encontrar a alguien si corazón, que esta película no le haya estrujado el pecho, comprimiéndole los vasos sanguíneos, y haciéndolos brotar como fuentes de carmín, a la luz del sol, formando un “Arc de Sant Marti”, que resplandece orgulloso por lo que acaba de hacerle al mundo entero: Hacerles ver que seas como seas y seas quien seas, los limites te los pones tú, y que lo divertido del asunto, es que si no te pones limites, el trayecto hacia la victoria, esta solo a un paso.

Puede que llores, puede que rías, puede que te enfades, puede que te ilusiones, puede que sufras, pero lo más seguro, es que puede que te quedes boquiabierto, mientras ves pasar el tiempo fugazmente ante tus ojos, disfrutando de cada aventurar, de cada historia, y de cada recuerdo, que este hombre tan especial y entrañable, nos relata en forma de flash-back, su emocionante y experimentada vida como persona.

Lo que hace que te enganches a la trama, como una lapa se engancha al mascarón de un barco hundido en el mar, es la frecuencia en la que los saltos temporales hacia adelante, te llevan de época en época, pasando por los momentos más memorables y atroces que Estados unidos y el mundo, ha contemplado en su existencia. Son tan brillantes algunas anécdotas que cuenta, que incluso te las llegas a creer de lo lógicas que llegan a ser.

Es la historia de un niño encerrado en el cuerpo de un hombre, que nunca dejara de ser niño, y que ante sus ojos pasan cientos de terribles experiencias, que le ayudan a comprender una cuarta parte, de lo que significa la muerte, el amor, y la amistad. Algunas de las escenas te sobrecogen tanto, que no puedes evitar expresar una mueca de asombro, ira o tristeza, mientras una escapista lágrima, se suicida de tu ojo, para acabar intentando deshacer el frio y estéril cemento, con agua de vida.

Vamos hombre, que vamos a decir de la extraordinaria, espectacular, magistral y excelente interpretación de este “actorazo”, que te hace sentir sentimientos de sentidos que jamás hubieras imaginado que anidaban en tu desconsolado corazón. Ahora mismo echamos la vista atrás y nos preguntamos una cosa: ¿Hubiera triunfado de la misma forma en la que lo ha hecho, si Tom Hanks, no hubiera interpretado el papel Forest Gump? Pero bueno, que pregunta tan tonta y estúpida, ruego que disculpen mi ignorancia, porque la pregunta es insultante a la vez que lógica: No, no hubiera triunfado de la misma manera, porque lo que tiene Tom Hanks, es el “don” de la interpretación.

Tengas o no corazón. Sientas o no empatía. Seas un sádico asesino en serie, o una dulce monjita de claustro que no haría daño ni a un incordio de mosca: Esta película te va a encantar, y lo sabes antes de verla.

Única, conmovedora, realista.