Déjà Vu

¿Alguna vez has sentido la sensación de que ya has vivido ese momento? ¿Qué ya has visto esa escena, pero no sabes cómo lo sabes? ¿Alguna vez te has preguntado si este tipo de “premonición” tiene algo que ver con realidades alternativas, que se pliegan sobre sí mismas, uniendo dos realidades que aparentemente son iguales, pero que tienen sus muchas diferencias? Yo creo que sí, y eso es lo que algunas noches, te deja mirando al frio techo de tu habitación, mientras meditas sobre lo ocurrido, e

intentas conciliar el sueño.

Que gracia le ven los despiadados terroristas, sociópatas y asesinos, en destruir millones de vidas. Dicen que es por los políticos ¡Que mueran los políticos pues! ¿No? Dicen que es por venganza. ¡Que muera la persona que te a deshonrado, no las miles de personas inocentes que quieres destruir para acabar con una! ¿No? Dicen que es por religión. ¡Muérete tú mismo, y ves a parar al dulce y anhelado amparo de tu poderoso dios, ya que los demás no tenemos que pagar por los pecados ajenos! ¿No? Sea cual sea la cuestión, cualquier excusa es buena para hacer el mal y crear el caos.

Es un film que te hace reconocer a ti mismo, que hay cosas a las que todavía no estamos acostumbrados, o no hemos descubierto aun, porque así, “alguien” lo ha querido. Una vivencia ya vivida, es un recuerdo ya experimentado. Una sensación amarga en la garganta, es una nausea que sube hasta la boca, y te provoca arcadas y goteos de sangre, por las heridas, que se suponían que ya habían cicatrizado.

El tiempo es un arma que no debes jugar con ella. Las cosas –aunque terribles y crueles- pasan por una razón. No hay un dios malvado, ni un dios bondadoso en el cielo: solo personas y más personas, que convive en paz y guerra, felicidad y tristeza, soledad y amistad.

Tony Scott –aunque de nacimiento inglés- denota un aspecto yankee y patriota en su generalísimo aspecto y forma de hacer que aunque llueva acido sobre Manhattan, exploten todos los coches de Nueva York y las alcantarillas de Los Ángeles escupan lava ardiente: “Estados unidos, jamás será vencido.

Como no señoras y señores, ¡Cómo no! ¿Cómo no iba a hacer Denzel Washington su papel de policía tozudo, valiente y “Sherlockniano”, al puro estilo de Dezel Washington? Intento buscar alguna película, en la que este hombre –sea malo o no el film- haya decepcionado al público, director y productora, con su actuación, y que cada vez que busco alguna, me topo con un muro de 1000 metros de altura de sensaciones indescriptibles, y 10.000 metros de ancho, de emociones incalculables: Ósea, no hay ninguna.

Pensativa, perspicaz y sagaz