Vuelo nocturno

Estas atrapada entre la ventanilla de un avión, y un desconocido psicópata, que dice que si no llamas a quien él te diga, tu padre morirá. Sientes que es un sueño. Te empiezas a sentir mareada y las náuseas llegan hasta tu garganta, terminando echándolas por el retrete, junto con tu libertad y felicidad. ¿Qué elegirías, si te dicen que alguien querido va a morir, sino matas “indirectamente”, a la persona que el té está obligando a asesinar? No quisiera estar en el lugar de ese alguien, al que le pusieran entre la espada la pared, y un chaleco de once balas.

Para ser una película de un director tan terrorífico como Wes Crave, he de admitir que deja mucho que desear, al estar acostumbrados a las obras maestras que siempre nos hacen dudar sobre nuestra cordura y razonamiento; pero no termina siendo mala “mala”. Es una peli que si no llega a ser por el entusiasta reparto y el nombre del director como cabecera de portada, acabaría siendo de serie “B”, pero que se gana a pulso pertenecer a la serie “A-2”.

Si intentas jugar con un maniaco, tienes la opción de ganarle la partida, o que él te haga sufrir mucho más martirio, del que te ha hecho sentir, en su macabro y obsesionado juego.

Te preguntas una y otra vez como va a terminar la historia, ya que no deja muchas oportunidades para utilizar la imaginación, y que el resultado sea un final feliz y acorde con tus presentimientos; eso es un punto a favor.

Un avión es uno de los lugares más idóneos para realizar un film de terror, intriga, secuestro, misterio y asesinatos, ya que las inocentes víctimas de un criminal sin escrúpulos, o la desaparición de algún pasajero, te dejan encerrado y sin salida, en esta caja de metal voladora, junto a desconocidos, que tampoco tienen a donde ir.

La pobre protagonista se empeña por buscar alguna oportunidad para pedir ayuda desesperadamente, pero todos sus esfuerzos e intentos, quedan derrumbados, por la astucia del malvado secuestrador, como un castillo de naipes, destruido por el potente bufido de un lobo feroz. No es que el asesino, sea un “ejemplar” asesino y secuestrador, más bien dirías que lleva pocos años en este negocio de cohibir a la gente y perseguirla, para que se cumplan sus exigencias.

Cillian Muirphy, tiene un rostro psicópata y manipulador, que te mantiene rehén en el asiento, y se mezcla muy bien con su aura negra y avispada, que te secuestra con sus ojos penetrantes y cautivadores.

Raquel McAdams es una simpática chica, que aunque no sea una de las más famosas actrices que están de moda, logra mantenerte atento a lo que está ocurriendo, con su dulce y tenaz cara.

Interesante, desvalida y manceba