El libro de la selva (2016)

Cuenta una historia, tan antigua como las rocas, que una vez hubo un niño, que convivio en armonia y paz, entre una manada de lobos, que lo criaron como si de uno más se tratara. Este cachorro humano emprendió una aventura inesperada, con la que se topó con adversidades, formando nuevos amigos, y nuevos enemigos.

Jamás la historia había estado tan viva. El agua de las grandes cascadas te salpicaba en la cara. El viento fugaz que mece las lianas, te acurruca en una sonata hermosa y continua. El rugido de las bestias que habitan en esta grandiosa selva, te hacer parecer insignificante ante tal ensordecedor sonido. La hojas que caen de los árboles se posan en tu regazo, a la espera de que las cojas, las observes, y inhales el dulce olor de la libertada, que se haya en la naturaleza.

No me esperaba menos de esta poderosa empresa cinematográfica, que con cada film que estrena, crece aún más su increíble popularidad, y su infinita forma de hacernos sentir que formamos parte de algo en este mundo, y que para seguir haciéndolo, tenemos que respetar todo lo que habita en él. Desde que Disney se dio cuenta, que para que todas las personas disfrutaran de sus historias, tenían que agradar tanto a padres como a niños, se han apoderado de millones de corazones, que desean que nunca pare la producción, de magnificas y excelente obras como estas. Lo que más me ha gustado, es que ha sido fiel a su clásica estampa, sin reciclar viejas costumbres, renovando a su vez un divertido y entrañable cuento.

Poderosa y esencial, para aprender a apreciar el mundo que nos rodea, y darnos cuenta de una vez por todas, que no vivimos solo nosotros, sino miles de seres vivos, con los que tendríamos que convivir en paz y serenidad, y que lo que estamos haciendo es poner una lúcida capa de oro, encima de las salvajes matanzas y destructivas acciones, que el ser humano ha plantado en este planeta. Al ver este tipo de films, siempre se me pasa por la cabeza la misma pregunta ¿De verdad cambiara mucho el mundo si nosotros no hubiéramos existido jamás? ¿O solo mejoraría en todos los aspectos naturales y preciosos, que nuestra existencia ha destruido? La respuesta la dejare en el aire, flotando con cientos de preguntas más, con respuestas igual de intrigantes.

Jon Favreau ya ha dirigido otros largometrajes que han conseguido ser éxito de taquilla, poniendo en primer lugar sus films, en los rankings de audiencia, por eso no era una extraña elección, para dirigir este film con esplendor, dedicación, y decisión.

Las interpretaciones y voces de todos los actores, han sido un detalle infalible y decisivo para que esta película coja fuerza, y se haga disfrutar en todos los sentidos de la palabra "inigualable". El jovencísimo Neel Sethi que encarna a Mowgli, un cachorro humano que busca desesperadamente encajar en alguna parte, sin darse que debe de que tiene que ser fiel a sus raíces, y que jamás perderá su esencia humana: lo hace sobre una soberbia interpretación.

Una de mis voces preferidas ha sido la de Ben Kingsley, que me logra reflejar un respeto mutuo, entre la bestia y el hombre, poniendo voz a Bagheera, el fiel amigo de Mowgli.

El divertido Bill Murray no podía faltar a la celebración, con su voz jovial, seria y amistosa, que es imposible que te caiga mal, cuando lo ves poniéndole voz al oso más glotón y vividor, que es Baloo.

Su voz temerosa y poderosa, hace que Shere Khan, vuelva a la vida de la mano de Idris Elba, que con energía y soberbia, te pone los pelos de punta.

La agradable Lupita Nyong'o, hace de Raksha, la madre loba de Mowgli, que sin ella, el no seguiría vivo, porque bajo sus cuidados y atenciones, logro convertirlo en el que es ahora.

Christopher Walken le da vida a un gigantesco orangután, con el deseo de ser como el hombre y dominar el fuego, y con él, dominar toda la selva, con egocentrismo, temor y grandilocuencia.

No podía faltar a la cita esta actriz, que con su voz seductora y atrayente, hace de serpiente embaucadora, que intenta hipnotizar a su próxima cena; si fuera atrapado por Scarlett Johansson, yo también me dejaría hipnotizar por ella, y si con eso fuese devorado, moriria feliz.

Preciosa, bella, y fiel a su estilo clásico.