13 Horas: Los soldados secretos de Bengasi

Imponente, realista, claustrofóbica y ardiente. La metralla y las explosiones de este film de acción pura y dura, te se clava en los brazos, torso y cara al verte sumergido en una trama que no desgasta para nada la vista cansada de los pobres dormilones que se pensaban que iban a ver una película cualquiera de guerra terrorista contra el poder yankee.

Debo admitir que los americanos se llevan la medalla de honor al ser los mejores patriotas de su país, al estilo “lluvia de balas”, y “si pierdo un brazo se lo lanzo a la escoria que nos ataca”. No me esperaba una película con tanta violencia física y psicológica.

Lo que hace que una simple peli de acción sea una película de acción dramática, es la conquista de los actores junto al director y el guionista, de luchar hasta el final, aunque el final este lleno de más balas y lágrimas de las desconsoladas viudas. La desoladora impotencia que desprenden por los poros de la piel estos guerreros estadounidenses, se junta con la adrenalina y chorros de sudor sobrecogedores, creando la receta perfecta del caos.

Una película no recomendada para almas con ojos sensibles a la violencia desgarradora que hace que salgas del cine con una toalla en los hombros por haber pasado por una sauna a 50 Cº.

La actuación magnifica de todo el reparto hace que ningún actor sobrepase a otro con papeles mejor interpretados que ninguno. A mi inocente opinión, el actor John Krasinski que se encargaba de llevar a cabo a un padre de familia con dos hijas y una mujer que necesita desesperadamente que su marido volviera a casa, ha sido a mi parecer, y solo en muy pocas ocasiones: más cómica que dramática.

Desde “Salvar al soldado Ryan”, hasta “Independence Day”, no he visto sufrir con tanta pena y luchar con ímpetu, a soldados americanos, y eso es una cosa que morbosamente, me gusta.

Angustiosa, cruda y humana