Jurassic Park

Unos pasos monstruosos hacen mover la tierra, y producirte un escalofrío que te coagula la sangre y te paraliza el cuerpo, convirtiéndote en un carámbano humano. No habrá un solo día que no te despiertes por la noche, gritando de terror y con sudor helado, por el rugido penetrante y poderoso de esta gran bestia, que te producirá sentimientos de majestuosidad, respeto y una inolvidable imagen que te hará poner los pelos de punto.

Siempre soy del que digo que si no te gusta una película, no voy a intentar convencerte de lo contrario con argumentos que para mí pueden ser coherentes, pero que a ti te la repanpinflan. Pero en este caso he de decir que la persona que se atreva a acusar a esta película de “chapuza” o “tostón”, se verá obligado a vivir tomando sopas toda su vida, ya que sus dientes volarán como pájaros, del tortazo que se llevaría por ingenuo, patán e ignorante.

Este film, señoras y señores, es el film de films, es el film madre de las pelis de tensión gruesa y electrizantes escalofríos. Es un film que respeta la belleza grandiosa de estos seres, sin tratarlos como una atracción de feria (aunque fuera ese su objetivo principal). Es un film que deslumbra con su brillantez inteligente y realista, del “don” que dicen que tiene el ser humano para jugar a ser dios y acabar siendo devorado por su propia creación; Frankenstein es un ejemplo claro de esta soberbia.

Me postró a los pies de Steven Spielberg por crear esta aclamada película, que es imposible que te deja insatisfecho, porque no deja que se escape la intriga y la presión por ningún agujero de mal metraje. Es muy difícil hacer cosas tan maravillosas como estas, pero hay personas -como Spielberg- que han nacido para hacer obras maestras y sobre todo, hacer que la gente se sienta orgullosa, impresionada y apasionada, por ver los singulares parajes de este parque jurásico.

No digas que no has deseado conocer a un poderoso Tiranosaurio Rex. No me mientas y me digas que no has anhelado ver en persona un espectacular Argentinosaurus. No me engañaras diciéndome que no has pensado en viajar al paleolítico con tu imaginaria máquina del tiempo y ver con tus propios ojos, un paraíso espléndido y peligroso, que quedó desterrado bajo tierra por un desafortunado cataclismo.

Sam Neill es y será siempre el paleontólogo más famoso e intrépido que el cine ha podido conocer. Transmite una seguridad ante cualquier situación desafortunada, que como un canto de nana de tu madre, cuando tú no podías conciliar el sueño: te calmara.

Sin duda uno de los largometrajes más conocidos del mundo entero. Será recordado por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, y aunque el tiempo deteriore su estampado clásico y otros films modernos y remasterizaciones quieran usurparle el trono, se encontraran con la derrota agarrándoles los pies. La banda sonora hará que te sumerjas en los parajes idílicos, que te se clavara en la cabeza como clavos amartillados por una contundente maza de hierro.

Potente, histórica y majestuosa