El sexto sentido

No me ven, ni me oyen, ni me sienten, ni me escuchan. Grito a un vacío insonoro de aullidos muertos, donde mis palabras de socorro, se convierten en papeles embotellados, ahogados por el infinito mar. ¿Qué puedo hacer yo? ¿Qué puedo hacer yo para guiarles hacia la luz, cuando su luz se ha apagado? ¿Les mato? ¿Cómo, si ya están muertos? ¿Me querrán decir algo sus presencias? ¿Cómo puedo saber lo que quiere decirme esa voz que suena en la oscuridad del largo pasillo? ¿Y si lo que quiere es atraparme, y convertirme en otra alma errante, que gritara junto a él, en un lago y oscuro pasillo, para atraer a su próxima presa?

Buena no es. Tampoco buenísima. Tampoco subidita de tono. Tampoco esplendida. Esto, señoras y señores, es la esencia del terror, las gotas de sudor frio, que hacen tener miedo al propio miedo, son las pesadillas que hacen levantarse en mitad de la noche a la propia muerte, es el escalofrió que siente el frio, al verse atrapado en un lugar perdido, donde su única oportunidad es convertirse en hielo y pasar desapercibido, del mal que está apunto de aparecer.

Los toques escalofriantes y sin censura, que te hacen sorprenderte de terror, dejando la boca abierta para que las moscas aniden dentro de ti, y te conviertan en otra espeluznante muerte más, que vivirá eternamente, en un bucle rallado de tormentos; son sin duda alguna, lo mejor de la película.

Felicito con gran placer a M. Night Shyamalan, por enseñarle al mundo de una puñetera vez, lo que es de verdad un película de terror, lo que es de verdad pasar pavor, lo que es de verdad descubrir que puedes sentir angustia, y lo que es de verdad quedarte boquiabierto y estupefacto, con la grandiosidad de imaginación, del ser humano, para crear obras cineastas como esta.

Un aplauso al joven Haley Joel Osment, que con tan solo 11 años, logra aterrorizar nuestra mirada, dejándonos la mente afónica y la garganta sin ideas; sin duda, la mejor interpretación de la película. Bruce Willis nos trae una estampa seria y descolocada, que te hace sentir empatía y tristeza, por un aclamado psicólogo, que su único objetivo siempre ha sido ayudar a los de más, pero desconoce que no puede salvar a todos. ¡Que fantástica y apasionada Toni Collette! ¡Por favor! ¡Madre mía! ¡Que interpretación más sublime y teatral! No puedo parar de pensar en cómo a echo a la perfección de madre perdida y frustrada, con un hijo fuera de lo comun, una vida desasosegada y desesperante, en la que no entiendes ni el por qué ni el cómo.

La banda sonora te eriza el pelo en el momento exacto, para congelarte y paralizarte en el asiento, y dejarte ir cuando ella lo ordene.

¿De verdad estas dispuesto a ver esta película? No creo que sea para todos los públicos. Creo que deberían poner una advertencia al principio del film, que advierta que las personas con problemas cardiacos, pueden disfrutar mucho más de ella, formando parte de su historia, si su corazón decide dormirse.

Paralizante, esplendida y aterradora