Orgullo + prejucio + zombis
- alexzv955
- 17 abr 2016
- 3 Min. de lectura
Toda la vida te han enseñado a que tú serás la mitad de alguien; la mitad de una naranja. Todo el que llevas de pie, has tenido la sensación de que lo que de verdad tiene que buscar, es algo que no tienes que buscar: el amor. El amor no entiende de mitades, ni de frutas, ni de que si existe o no tu alma gemela. El amor solo es un mapa en blanco que te incita a crear tus propias normas, tu propio camino y tu propio destino inexistente.

Eres la mitad de una naranja, en un paraje muerto y gobernado por una peste, que no tiene la intención de hacer daño alguno; cupido tampoco la tiene, y lo hace. Descubrirás en el fragor de la batalla, rodeada de brazos que sobresalen del barro marrónoso y coagulado, que si te adentras más en las entrañas del infierno, lo que te espera, es una manzana partida en dos, que la muy ingenia -como tú- también pensaba que su puente está construido, para guiarle hacia una sola dirección, donde al otro lado, encontraría a otra manzana igual que él, pero no para él.
Como el largo y tormentoso tiempo nos ha enseñado: Que el cielo se tape por algodón gris, no significa que vaya a llover.
¿Sabéis lo que ha pasado con esta película? ¿Sabéis como un film tan bueno no ha logrado ni tan solo meterse en el ranking de las 5 pelis más taquilleras de la semana? Pues porque la gente es muy idealista y tiende a prejuzgar antes de ver algo. Piensan que por el mero hecho de que la película se titule “Orgullo, prejuicio y zombis”, y tenga un tráiler, que no le hace justicia y que este mas dirigido a un adicto a los zombis, trate solo de zombis, y nada más. ¿Sabes porque os recomendaría esta película? ¿Sabéis la razón por la que mis expectativas se han visto sorprendidas, por escenas de amor, lucha intensa y maestría ante la cámara? Porque es un film que se ha adaptado (igual que la impresionante serie televisiva “The walking dead”) a los tiempos modernos y a la mentes inquebrantables de la gente que quiere cosas de toda la vida, pero que le sorprendan y actualicen su apariencia, con argumentos y tramas que hacen que el primer plano pertenezca a los seres humanos y el segundo –tirando para tercero- a los zombis; los zombis son secundarios, porque los protagonistas somos nosotros.
Bravo por la ingeniosa idea de hacer que la gente que es mordida por un zombi, se le llegue a podrir la piel, pero que sigan manteniendo sus ideas, costumbres y recuerdos, con toques de arrebatos de ansia y locura inevitable, por consumir cerebros humanos, que serán los causantes de finalizar su transformación, al mundo mortuorio de los muertos vivientes.
Me ha parecido sublime la elección del reparto; actualizado, renovado y novedoso. Lily James desprende un alma luchadora y poderosa, sin perder su hermosura y feminidad despampanante- Sam Riley, te arrebata un gesto de desaprobación, con una chispa de maestría y orgullo, que hace que le cojas manía y le ames al unísono. Malt Smith, aunque su presencia no es muy vistosa en pantalla, logra hacer que se te caiga alguna que otra risita, con sus toques finos e ingenuos. Bella Heathcote hace honor a su nombre, con una dulzura inocente, que te sorprende al ver que la ovejita inofensiva, retiene en el interior un furioso lobo feroz. Jack Huston es un galán de primera, que te embelesa con estratagemas lingüísticas, y luego te apuñala en el corazón con una daga quebrada. Douglas Booth, con una apariencia mimada y de realeza, te enamora con los ojos y un corazón que te recuerda al mundo mágico de Oz- Como no nombrar a estos dos actorazos que son Lena Headey y Charles Dance, que cumplen su cometido en escena, pero sin adentrarse en primera plana.
Si esta película se hubiera ambientado en la época presente, siguiendo el camino de otros muchos films, y teniendo la misma esencia amorosa y firme, que “Orgullo y prejuicio” desprende, no hubiera, para nada y en absoluto, cuajado como lo ha hecho con tanta lindeza, en la época de los corsets y los sombreros de copa, esta encantadora y enamoradiza película.
Exquisita, apasionada y fiel a su clásico estilo
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