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Ratonpolis

  • alexzv955
  • 14 abr 2016
  • 2 Min. de lectura

Un lugar en miniatura donde ratones y otras pocas especies conviven en armonía bajo el mandato de un mafioso anfibio y sus secuaces torpes y malvados, que solamente siguen órdenes para sentirse realizados. De una vida llena, rica en alimentos y servicios, pero una vida sola, a una vida llena de aventuras subterráneas en compañía de una ratona picara y astuta, que te enseñara el significado de ganarse el pan de cada día y experimentaras por primera vez que es tener una familia que te aprecie y te quiera.


DreamWorks está claro que jamás podrá superar la imaginación que Disney/Pixar desprende con chorros de arcoíris en cada película que estrena. Tampoco podrá empatarla en largometrajes de animación, pero puede estar orgullosa de tener la medalla de plata en el escalafón de pelis animadas y hacer que niños y no tan niños disfruten con sus increíbles y originales ideas aventureras, que te hacen recordar, que el segundo puesto, no es significado de derrota o aburrimiento, es significado de haber luchado, batallado y vencido en la mayoría de los combates.


Las aventuras plastilineinkas siempre me han llamado la atención, tanto por su potencial trabajoso, como en sus magistrales divertidos y animados sucesos, que te hacen sentir aprecio, por estos diminutos (pero matones) personajes.


Cuesta acostumbrarse a las voces que han elegido para traducir este film, pero al final les coges cariño y te acostumbras a sus diálogos; como un muñeco de la infancia que aparece tras años de estar escondido en el oscuro desván, y te hace rememorar tiempos mejores, pero lo vuelves a colocar donde estaba antes, porque ya no tienes el instinto infantil de antes.


El estilo de James Bond, es acertado para ponerles un objetivo empático y dramático a nuestros adorables personajillos.


El reparto que pone voz a todos los personajes que aparecen es extraordinario y oportuno. Desde la “H” de Hugh Jackman, hasta la “A” de Andy Sekins, pasando por la “K” de Kate Winslet, hasta llegar a la “J” de Jean Reno y acabar en los brazos veteranos de la “I” de Ian McKellen, es una peli que entretiene, se hace disfrutar y te hace sacar carcajadas como mares tiene el mundo.


Utilizar a unas babosas entrañables como grupo de cantantes de música de fondo es brillante y ocurrente. Cosas tan pequeñas e innecesarias para nosotros, pueden ser cosas gigantescas y de gran utilidad para esta metrópolis subterránea gobernada por ratones, haciendo que esta Road Movie, sea aún más jovial y amena


Cordial, divertida y grata


 
 
 

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