The lovely bones

Te despiertas. Te falta algo en el pecho. Un agujero profundo que te atraviesa el torso te sobresalta. ¿Dónde está? ¿Dónde está mi pobre y sufridor corazón? Una nota en la mesilla de noche destaca sobre tu visión de la habitación. Es una historia. Cuenta la historia que un día, un chico fue al cine, y que se le robo el corazón. Aquel corazón se plantó en la más alta colina de un pueblo solitario al que le faltaba amor. Los días pasaban y el corazón crecía en aquel estéril y frio suelo, convirtiéndose poco a poco en árbol. Llego un día en el que el árbol se hizo tan grande como que no podías ver la primera rama que sobresalía de él si no agudizabas la vista. Una manzana se cayó del árbol. No era una manzana corriente. Estaba caliente. Se notaban como pulsaciones que vibraban desde su interior. De tu corazón saldrán muchos más -dijo un eco venido del viento- que crearan bellísimas obras de arte, que al mundo harán vibrar, llorar y encantar.

No puedo seguir escribiendo sin decir que es una maravilla. Si seguís leyendo es para ver una crítica constructiva y totalmente positiva hacia un film, que te sobrecoge por la impotencia de sentir, que estas, pero nadie te ve, nadie te escucha, nadie sabe que gritas auxilio, desde un paraíso colorido y armonioso, que esconde un oscuro y tormentoso origen, que deberás descubrir. De verdad os digo y os prometo que si visualizáis esta película, ninguno de vosotros saldrá decepcionado.

La trama es tan bonita, como la idea de colocar un limbo tan espectacular y majestuoso, donde viven las pobres almas, que jamás han encontrado ese famoso túnel que dicen que ves al morir, porque sus carcasas de carne en vida, no han sido halladas nunca.

Que reparto tan anodino y bien efectuado. Siempre en alguna película, hay algún personaje que no sabe cómo encajar en las escenas, como cuando buscas la postura idónea en la cama, y te pasas la noche girándote de un lado para otro, sin poder conciliar el sueño. En esta película, os puedo jurar por el mismísimo diablo, vendiéndole mi alma al más tenebroso pozo del averno, que no os decepcionara, agitara o aburrirá, ni un solo personaje. La jovencita Saoirse Ronan nos ofrece un papelazo, lleno de dulzura, inocencia y dolor profundo por no saber que está ocurriendo en su vida, que se ha convertido en un extraño paraje lleno de docilidad, tranquilidad y tan irreal como el esponjoso sueño de una pesadilla. No puedo dejar sin destacar las excelentísimas actuaciones de por ejemplo:

Mark Wahlberg, que hace de padre desesperado, por no creer que su hija ya no esté con él.

Rachel Weisz, que su bondad y angustia por no tener a su inocente hija entre sus brazos, le hace ver la cara oscura del mundo.

Susan Sarandon, una abuela que hace de voz de la esperanza y a la vez, es la cruel y realista voz de objetividad, a la que nadie quiere creer.

Rose McIver, la hermana de la desaparecida Susie, que decide que hay algo más en la evanescencia de su allegada, y que no será la última en esfumarse.

Stanley Tucci, un sociópata y al parecer un pedófilo, con la mirada envenenada que te hace confiar de su grácil e inofensiva postura, que saca adrenalina de sus trampas mortales echas como señuelos para atraer a dóciles y inocentes presas, a su jaula mortal.

Amanda Michalka y Reece Ritchie, hacen de equipo salvador y buscador de la ubicación del blanquecino e inerte cuerpo de una muchacha, que podía haber tenido un futuro.

Espectacular, magistral y hermosa