Insidious

Los escalofríos recorren todo tu sistema nervioso, como una electrizante corriente de terror, que te inunda los pulmones de sangre negra y te exprime el corazón hasta dejarlo sin bombeo.

James Wan vuelve a lograr ponerse en la pirámide alimenticia de los amos del miedo, con una película que no deja sin satisfacer a nadie con escenas que te impactan solo con la intriga de no saber qué hay detrás de esa oscura puerta. ¿Será una chaqueta lo que cuelga del perchero? ¿O una presencia maligna que quiere apoderarse de mi alma? ¿Será el viento quién mece la puerta chirriante? ¿O es un espíritu vengativo que desea poseer nuestro cuerpo de carne? Magnifica sería quedarme corto. Los toques de melodías clásicas de ópera, es la mezcla perfecta para los momentos en los que te agarras al asiento con las uñas, hasta rompértelas y desgarrar el sillón, sacándole la mullida espuma, deseando que termine y a la vez pidiendo a dios que jamás dejes de respirar. La macabra estampa que recubre la pantalla con un manto de incertidumbre y desasosiego, se ve aumentada gracias a la participación magnífica de Patrick Wilson y Rose Byrne, que logran inspirar una imponente sensación de impotencia que nos deja igual de petrificados que sus rostros al presenciar que su casa está llenada de algo más que espíritus errantes. El ambiente que se elige para acomodar el film, es un ambiente que jamás deja de cansar, ya que: ¿Dónde te vas a sentir más seguro que en tu hogar? Fantasmagórica, penetrante y oscura