Expediente Warren (The Conjuring)
- alexzv955
- 5 abr 2016
- 2 Min. de lectura
Una fachada ennegrecida por la madera carcomida por el tiempo. Una familia inocente y desprevenida de cualquier átomo de conciencia sobre el mundo sobrenatural. La noche cae, las almas condenadas son liberadas y los salvadores son enviados, a devolver a estos pobres espíritus errantes a su oscura madriguera, o retornarlos a donde deberían estar y nunca llegaron a ver la luz: El largo túnel fluorescente.

Con las películas de miedo pasa lo mismo que con películas españolas: de cada 5, 1 es buena. Aunque he de decir y admitir, que cada vez las películas que creamos aquí, son menos ilegibles y entendidas por más de un tercio de la población, y pasar a ser obras talladas a mano, con el mejor detalle y cuidado, que traspasan fronteras lejanas. Este es un film, que si da miedo, y eso es importante, porque cada vez que nace un bebe en el mundo, nace con el valor de Juan sin miedo, y eso es muy difícil para las productoras, porque o se destrozan la cabeza pensando y repensando en un guión que te desequilibre por completo con absoluto terror, o hacer un simple y llano guion que nada más acabar la peli pienses: Pues bueno, por lo menos no es de serie C. La estampa corriente y desprotegida de estas pelis de claustro, que encierran a una familia, con un malvado y agresivo grupo de espíritus con el único objetivo de aterrorizar a sus habitantes, es genial y clásica, y nunca deja de funcionar: como un reloj de cuco suizo, con más de 100 años de antigüedad, que si se va actualizando internamente como los relojes modernos, conservando su estampa grácil y conservadora, nunca pasa de moda. En una película de poltergeist o demonios vengativos, siempre y siempre debe de haber un o unos salvadores (ya sea una bruja, cura o demonólogo) que ayuden a los inofensivos y aterrados huéspedes, de una casa o un paraje, infestado por seres sobrenaturales, que no les dejan descansar. Si no fuera así, ¿qué sentido tendría ver una película, en los que los protagonistas están perdidos hagan lo que hagan? Bueno, sentido tendría, pero no sería inesperado y la sorpresa moriría con ellos. La actuación de Vera Farmiga y Patrick Wilson en equipo ya se ha vuelto de la nada, una presencia que gusta ver en dúo, ya que desprenden la serenidad y humanidad para luchar contra las fuerzas del averno, que los curas, en mi inocente opinión, ya han dejado de llevar el cleriman y el crucifijo, a una escopeta que dispara perdigones de agua bendita. James Wan nos vuelve a sorprender y estremecer, con una de sus creaciones más inquietantes y turbulentas que te hacen mirar hacia la butaca desprovista de vida, que convive junta a la tuya, para quedarte convencido, de que no hay nada ahí. Cardiaca, pavorosa y erizante
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