La gran estafa americana
- LexLecter
- 29 mar 2016
- 2 Min. de lectura
En los años 70 y 80 hubo un boom de mafiosos que se lucraban a partir de maltrechar, sobornar y extorsionar a gente inocente o gente que se lo merecía, pero eso no dejaba de ser una un hecho maquiavélico.
Me encanta el reparto, me alucinan los actores que han elegido para interpretar los papeles que hacen a una película buena. Me encanta Bradley Cooper, me enamora Jennifer Lawrence, me agrada Jeremy Renner y me intriga Christian Bale. He de decir que a la actriz Amy Adams, creo sólo haberla visto un par de veces más, pero no por eso voy a menospreciarla, porque su papel de timadora sensual y rebelde, ha sido arrebatador y sensitivo.

Creo que se le podía haber exprimido más el contenido ardiente y poco tocado, que es el de los luchadores de la policía, contra las mafias y políticos corruptos. ¿Me esperaba mas? La respuesta es un rotundo sí, como un rápido y fugaz relámpago que te cae en la cabeza en medio de un bosque oscuro, dejándote inconsciente, pero vivo. La trama ha sido pegadiza, hasta llegar a cansarte, como cuando te enamoras de una canción, y tu mente y corazón te piden escucharla cada hora, hasta llegar a quitarle el brillo y el color, y que empezará a parecerse a un disco rayado que gira en contra de las agujas de reloj.
Es un película interesante y novedosa, eso es indiscutible. Es una película que puede gustar a millones de personas, por su perseverancia, actitud realista y mente despiadada. Pero, al fin y al cabo, es una película que, como una oveja negra, rodeada de ovejas blancas, le intentas buscar el objetivo que intenta reflejar, sin éxito alguno.
El drama en un film es muy importante, diría que más importante que poner a un equipazo de reparto como el que hay aquí, porque sin drama, sin acción, un film pierde la gracia, pierde el sentido, y como una brújula estropeada, te marca el norte donde está el sur y el oeste donde está el este. Para entretener a un espectador tienes que tener una idea clara de principio, medio y fin: que jamás dejen de moverse sus neuronas, mientras la está viendo. Es muy fácil decir que esta película es aburrida y que no tiene nada de acción ni escenas que te hacen interesarte por lo que está ocurriendo, pero sería totalmente erróneo decir que es eso lo que ha reflejado, porque yo he disfrutado viéndola, pero como un helado de limón en pleno invierno; el sabor es exquisito y dulzón, pero te transmite escalofríos congelados en el cielo de la boca, que te hacen dejarlo de comer a la cuarta cucharada.
Efectiva, astillada y apetecible.
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